El hombre que presumía de ser amigo de Chávez y Fidel

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INTERNACIONAL

HECTOR RETAMAL | Afp

Sean Penn hace lo que quiere y se reúne con quién quiere, eso lo ha dejado claro a lo largo de su vida

11 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Sean Penn hace lo que quiere y se reúne con quién quiere, eso lo ha dejado claro a lo largo de su vida. Y aun así que se encontrara con el Chapo Guzmán para hacerle una entrevista ha sorprendido a propios y extraños. No porque Penn haya mostrado nunca una actitud prudente en sus relaciones o porque el actor no haya acostumbrado a los norteamericanos a sus declaraciones muchas veces contrarias a la opinión de la mayoría sino porque, hasta ahora, esas amistades controvertidas habían sido siempre políticas. Penn ha demostrado innumerables veces que le interesa la política mundial y ha intervenido en ella, con sus declaraciones, siempre que ha querido. La entrevista al Chapo -el actor también lo deja claro en el texto introductorio en la revista Rolling Stone- es también un asunto político. «México tiene en la actualidad dos presidentes», escribe Penn, uno es Peña Nieto y el otro, según Penn, es El Chapo.

Pero si los estadounidenses están escandalizados con la actuación de Penn esta vez, aún más lo estuvieron por su amistad con Hugo Chávez. «El pueblo estadounidense ha perdido a un amigo que nunca supo que tenía, los pobres del mundo han perdido a un campeón y yo he perdido a un amigo», escribió el día de la muerte del presidente venezolano. Penn y Chávez se habían conocido en 2011 cuando el actor medió para la liberación de dos compatriotas detenidos en Irán. Buscó un interlocutor próximo al entonces presidente persa, Ahmadineyad, y ese fue Hugo Chávez. La relación entre los dos creció y Penn viajó varias veces a Venezuela para reunirse con Chávez que entonces era una de las bestias negras del gobierno estadounidense.

Pero Chávez no ha sido el único presidente odiado por Washington al que Sean Penn ha visitado, también lo hizo con los hermanos Castro. En 2005 visitó con su familia a Fidel en La Habana y describió la «larga reunión» en un artículo posterior en el Huffington Post. Tres años después, en 2008, y ocho años antes de que EE. UU. y Cuba reanudaran sus relaciones diplomáticas, Penn se entrevistó con Raúl Castro, ya presidente de Cuba. En aquella entrevista, Castro propuso que él y Obama, que acababa de ganar las elecciones, se reunieran en Guantánamo y empezaran a «acabar con sus diferencias». Otra de sus polémicas la provocó en otro país Latinoamericano, Argentina, cuando tras reunirse con la ex presidenta Cristina Fernández, describió la situación de las Malvinas como «colonialismo ridículo», una expresión que indignó a los británicos.

También Oriente Medio ha sido otro de sus destinos frecuentes. Protestó vehementemente contra la guerra de Irak, pero el viaje que más escoció en Washington fue el que hizo a Teherán en 2005 para reunirse con el hijo del presidente del país, Rafsanyaní que, junto con los de Venezuela y Corea del Norte, eran los grandes enemigos de su Gobierno.