Hallan doce artefactos explosivos en casa de los sospechosos del tiroteo en California

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MIKE BLAKE | Reuters

Obama no descarta que el ataque sea un acto de terrorismo

03 dic 2015 . Actualizado a las 23:40 h.

Un verdadero arsenal se encontró ayer la policía en la casa de Syed Farook y Tashfeen Malik, la pareja que el miércoles mató a catorce personas y dejó heridas a otras 21 en un centro social San Bernardino y que fue abatida tras cuatro horas de persecución. En su vivienda se hallaron doce bombas caseras, además de cientos de herramientas para fabricar otras y una impresionante cantidad de munición: 2.000 balas de nueve milímetros y otras 2.500 para fusil. A eso hay que añadir los dos rifles de asalto y dos pistolas con los que cometieron la masacre y las tres bombas unidas a un coche teledirigido para ser activados con un mando distancia que dejaron en el lugar del ataque.

La gran pregunta es cuál es el motivo que llevó a Farook, de 28 años, y Malik, de 27, a cometer la matanza. «Es posible que estuviera vinculado al terrorismo, pero no lo sabemos. También es posible que tuviera que ver con problemas en el trabajo o una mezcla de ambos», dijo Barack Obama desde el despacho oval. El jefe de Policía de San Bernardino, Jarrod Burguan, apuntó que estaban equipados para perpetrar otro ataque.

Farook, nacido en Chicago de padres pakistaníes, tenía nacionalidad estadounidense. De fe musulmana, se había definido a sí mismo como «religioso pero moderno». Hace unos años, empezó a buscar esposa en sitios de citas on line populares en Oriente Medio. Así fue como conoció a Malik, también pakistaní pero que vivía con su familia en Arabia Saudí. Farook viajó dos veces al reino saudí para conocer a su novia y a su familia.

Vía Internet

Un compañero de trabajo, Patrick Baccari, cuenta que hace dos años a la vuelta de su segundo viaje llegó acompañado de Malik, con la que convivía desde entonces y que estaba en EE.UU. con un visado de prometida. En mayo nació la hija de ambos. Tras su último viaje a Arabia, según Baccari, Farook se dejó crecer la barba, una costumbre frecuente entre los radicales islámicos. Ni Farook ni Malik estaban en la lista de sospechosos de terrorismo del FBI, aunque sí a una persona con la que él tuvo relación, al menos telefónica.

Hasta aquí los datos parecen encajar con un ataque terrorista, pero lo que sucedió el miércoles no sigue el patrón habitual.

El asaltante era inspector de sanidad en el departamento de salud pública de San Bernardino desde hacía cinco años. El miércoles, esta institución había organizado una fiesta de confraternización para todos sus trabajadores. Farook acudió a ella como había hecho en años anteriores. Una vez allí tuvo una discusión tras la que se marchó muy enfadado. Se desconocen los motivos de la discusión y con quién se produjo. Lo que se sabe es que se fue tan abrupta que se olvidó la chaqueta en su silla.

Después, Farook y Malik dejaron a su hija de seis meses con la abuela, con el argumento de que tenían una cita médica. Cogieron un fusil y una pistola, se vistieron con ropas miliares, entraron en el salón de actos y comenzaron a disparar. La forma en la que iban equipados parece descartar que fuera un arrebato igual que el hecho de que tras salir del lugar dejaran un explosivos conectados a un detonador que no llegó a funcionar. A ello se suman las bombas y las armas encontradas en su casa. Pero a la vez, si es un acto terrorista, porqué las víctimas fueron sus propios compañeros de trabajo.

Las armas usadas por la pareja habían sido adquiridas legalmente. Las dos pistolas por uno de ellos y los rifles por una tercera persona que está siendo investigada. El control de armas que preconiza Obama no tiene ningún efecto. Más de 183.000 estadounidenses compraron un arma a precio rebajado en el Black Friday.