Félix Arteaga: «La lucha contra el Estado Islámico no puede tener solamente una respuesta militar»

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

El investigador del Real Instituto Elcano ha analizado recientemente la apelación de Francia a la solidaridad de sus socios

01 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, ha analizado en un reciente artículo la apelación de Francia a la solidaridad de sus socios tal como señala el artículo 42.7 del Tratado de la Unión. Tras los atentados de París, el presidente Hollande declaró que Francia estaba en guerra y, en ese sentido, el artículo citado señala: «Si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance». El profesor Arteaga concluye que Francia no solo debe apelar a sus socios, sino elaborar primero un plan y a continuación coordinarse con las demás fuerzas que están actuando sobre el terreno.

-¿Tiene Francia base política y jurídica para considerar como guerra los atentados de París?

-Tiene base política. Basta con que cualquier Estado miembro se sienta atacado para que pueda apelar a ese aspecto del Tratado de la Unión, él y no otro en su nombre.

-¿Estamos ante una guerra?

-Eso es parte de una discusión sobre la respuesta: si es lo mismo la lucha contra el terrorismo que la guerra contra el terrorismo. Hay una connotación semántica, porque guerra quiere decir que la solución y el núcleo del problema tienen una naturaleza militar, y ese no es exactamente el caso. La experiencia de la lucha contra el terrorismo nos dice que tiene otras muchas facetas. La militar es importante en algunos sitios y en esta situación tiene sentido donde los yihadistas ocupan militarmente un terreno entre Irak y Siria. Pero la lucha se desarrolla en muchos otros lugares y no solamente tiene respuesta militar. Por otro lado, el enfoque militar les da ventaja de poder decir a la población musulmana que vive pacíficamente en Europa y en otras partes del mundo que Occidente está en guerra contra ellos. Y, por último, movilizar a una sociedad para una guerra lleva a pensar que utilizando la fuerza armada, bombardeando, se puede tener una salida, y eso ya hemos visto, con los talibanes en Afganistán y con otros grupos armados yihadistas, que no es así.

-¿Cómo podría ser más eficaz el apoyo de los socios europeos?

-Primero hay que saber qué es lo que va a hacer Francia, y a continuación sabremos para qué reclaman ayuda. Si va a intervenir militarmente en Siria, ese sería un escenario, pero parece que no va a enviar tropas, con lo cual no se sabe exactamente lo que va a necesitar, ni tampoco el cómo. Lo que está intentando gestionar Francia es una gran coalición internacional, una coalición de coaliciones, pero por el momento no tiene mucho éxito, con lo cual, si hay varias coaliciones sobre el terreno... Francia tendrá que ponerse de acuerdo con Rusia y con EE.UU., que son quienes lideran las otras coaliciones.

-¿Espera un acuerdo en este sentido después de la reunión de ayer entre Obama y Putin?

-Hay cierta convergencia en el fondo: tanto Rusia como EE.UU. consideran al Estado Islámico como un grave peligro. Pero lo que no hay es coincidencia en el tratamiento. Debemos tener en cuenta que la batalla contra el Estado Islámico no es la única que está en marcha en Siria. Según como vaya esta guerra, las demás evolucionarán de forma distinta. Acabar con el EI significa a continuación poner en dificultades al régimen de Bachar al Asad, y los rusos no quieren; una acción contundente también podría derivar en un alivio de la tensión sobre los kurdos, y Turquía se opone. Lo normal es que haya alguna coordinación de las distintas coaliciones. Eso están discutiendo, para evitar incidentes como el del avión ruso y los turcos, pero va a ser muy difícil poner a todos de acuerdo para actuar militarmente sobre el EI.

-¿Confía en que se logre ese acuerdo y se logre derrotar a los yihadistas?

-A largo plazo, la acción de cada uno en su ámbito irá minando la capacidad militar del Estado Islámico. La diplomacia, en Viena, podría lograr que se congelasen los demás enfrentamientos en Siria, y así se podría facilitar una evolución favorable. Si no, habrá que esperar a que el Estado Islámico se desgaste y abandone posiciones. Sobre todo en Siria, porque en Irak hay que tener en cuenta que quien apoya al EI es la población suní, que se siente amenazada por la población chií mayoritaria y que mantiene muy poca relación con los kurdos de su misma creencia.