El mundo exige a Maduro parar la violencia

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MIGUEL GUTIERREZ | EFE

Leopoldo López al presidente: «Si la historia dirá algo de ti será de tu miedo a perder el poder»

28 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El asesinato del dirigente opositor venezolano Luis Manuel Díaz, en la localidad central de Altagracia de Orituco el pasado miércoles, ha desatado un cruce de acusaciones sobre la víctima dentro del país, así como la repulsa generalizad de la comunidad internacional que exige una investigación imparcial del crimen. El mundo ve con alarma la espiral de violencia que azota el país y exige a su presidente, Nicolás Maduro, que la contenga para que los venezolanos puedan votar libremente dentro de nueve días en unas elecciones legislativas que, según todos los sondeos, perderá el chavismo por amplio margen después de 17 años en el poder.

El padre de Díaz, Manuel Bravo, rechazó las declaraciones de Maduro y del jefe de campaña del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, Jorge Rodríguez, quienes, pocas horas luego de los hechos, señalaron que el asesinato de su hijo había sido consecuencia de un «enfrentamiento entre bandas» y acusaron a Díaz de ser miembro de un grupo sindical extorsionador en su estado natal, Guárico.

Bravo calificó de «irresponsables» las acusaciones de Rodríguez y señaló que «mi hijo era un político, no un delincuente». A su vez, Henry Ramos Allup, candidato a diputado y secretario nacional de Acción Democrática, el partido al que pertenecía Díaz, reiteró las declaraciones ofrecidas a horas del homicidio del dirigente, quien murió en la tarima que compartía con Lilian Tintori, la esposa del preso político Leopoldo López, que anunció que seguirá en campaña.

Ramos señaló que «habrá sorpresas», en relación con quién es el asesino de Díaz y le preguntó a Rodríguez que si el dirigente político estaba solicitado por el delito de extorsión, cómo este afirmó, «porqué no lo habían metido preso». Fuentes de Altagracia de Orituco señalaron a La Voz que el homicida de Díaz es un «azote hamponil» del pueblo que está muy relacionado con los «colectivos», como se conoce a los grupos paramilitares que defienden al chavismo y que le habría cobrado a Díaz con su vida el haber organizado a comerciantes para defenderse de las extorsiones de tales grupos. Según versiones extraoficiales, el asesino sería un pistolero, Oscar Noguera Hernández, alias el Pipi, quien presenta dos solicitudes por homicidios del año 2006.

El cadáver de Díaz fue inhumado en Altagracia, y su entierro se convirtió en un nuevo acto de masas en un estado que tradicionalmente ha votado por el chavismo y en el cual, según las encuestas, esta tendencia todavía conserva la mayoría de cara a las elecciones del 6 de diciembre.

Mientras tanto, López, desde la cárcel militar donde está recluido, llamó «cobarde», a Maduro, y afirmó que el mandatario venezolano «se robó el poder» (en alusión a su triunfo electoral en el 2013). Añadió que «genera una violencia que solo esconde sus miedos e inseguridades. Venezuela no merece ser arrastrada a tu fracaso», señaló el preso político. «Si la historia dirá algo de ti, será de tu cobardía. De tu miedo a perder el poder», escribió en un tuit.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos, el alto comisionado de la ONU para Derechos Humanos Zaid Ra?ad Al-Hussein, el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa, así como el presidente electo argentino Mauricio Macri, exigieron una investigación creíble sobre la muerte de Díaz y el cese de la violencia política en Venezuela. En el mismo sentido reiteró su posición Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y excanciller de José Mujica en Uruguay, señalando que pide «que no haya un muerto político más en Venezuela». Esto, un día después de que por exigir una investigación del caso de Díaz, fuera calificado de «basura» en un discurso por Maduro.

El silencio de Podemos

Todos los partidos españoles han condenado de forma contundente el asesinato de Luis Manuel Díaz, con la excepción de uno. Se trata de Podemos. La formación que lidera Pablo Iglesias y de la que forma parte Juan Carlos Monedero ha mantenido un llamativo silencio ante el tiroteo que acabó con la vida del dirigente opositor venezolano. Contrasta con las declaraciones en favor del régimen chavista que sí han realizado en otras ocasiones tanto dirigentes como el cofundador del partido. Monedero no ha tenido inconveniente en llamar «terroristas» a los opositores encarcelados y en comparar sus manifestaciones con la «kale borroka». En cambio, la violencia contra la oposición no les merece ningún reproche.