Valls dice que no es posible recibir a más refugiados en Europa

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ERIC FEFERBERG | AFP

Los atentados de París han hecho girar la agenda hacia posiciones conservadoras

26 nov 2015 . Actualizado a las 00:52 h.

«Europa no puede dar cabida a tantos refugiados, no es posible». Aunque en apariencia estas  palabras se podrían atribuir al controvertido primer ministro húngaro, el ultraderechista Viktor Orbán, lo cierto es que pertenecen al primer ministro francés, el socialista Manuel Valls. Las pronunció ayer, casi dos semanas después de que el Estado Islámico sembrase el terror en las calles de París. Desde entonces, el discurso en Europa sobre la llegada de refugiados de Siria e Irak ha ido cambiando. Ya no se habla de acogida sino de reforzar las fronteras y sistematizar los controles de entrada al espacio Schengen. La urgencia no es reubicar a los recién llegados, sino financiar a terceros países ya desbordados para que los mantengan alejados. Y a pesar de los esfuerzos por evitar relacionar el terrorismo con la crisis migratoria, el miedo ha marcado su impronta en los ciudadanos y en la agenda política, forzando un giro hacia posturas más conservadoras. Francia, con elecciones regionales el próximo mes, asiste a un ascenso sin parangón del ultraderechista Frente Nacional en los sondeos y el partido en el Gobierno trata de adecuar su respuesta en materia migratoria y de terrorismo a las demandas del electorado. No es el único terreno en el que sucede. Europa se debate estos días entre preservar las libertades intactas o recortarlas para garantizar la seguridad frente a potenciales amenazas terroristas. Mientras una parte de la ciudadanía exige poner fin a la campaña de miedo que se está propagando, otros piden que la seguridad sea lo primero. «Para ser libre, primero hay que estar vivo», proclamó ayer en la Eurocámara la diputada popular Jiménez-Becerril. El jefe de la delegación española, González Pons, respaldó su postura. «No existe libertad que no deba ser asegurada», declaró. En esa misma línea se expresó el líder conservador reformista, Syed Kamall. «Cada vez que nos atacan, erosionan nuestras libertades y quizá algún día no tengamos ninguna». Los socialdemócratas, muy criticados por exigir más garantías de privacidad para los ciudadanos en la puesta en marcha del registro europeo de pasajeros, ayer llamaron a defender, en boca del español López Aguilar, «los valores sin rendir nuestros derechos y libertades», una ecuación difícil de resolver. El grupo de los Verdes mostró abiertamente su temor ante la poda de derechos. «Poner la sociedad bajo vigilancia constante es inaceptable, tiene que haber proporcionalidad», indicó su líder Philippe Lamberts. La guinda la puso una vez más Marine Le Pen, quien aseguró que para blindar a su país frente al terrorismo será necesario cerrar las puertas a los refugiados: «La infiltración de yihadistas es una realidad. Queremos fronteras nacionales, no europeas que son una coladera».

la amenaza yihadista

La encendida defensa de Juncker

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, que ha visto cómo se tambalea Schengen, compartió ayer el dolor de Francia en una intervención aplaudida en Estrasburgo. Sin embargo, tras denunciar la nula colaboración de los servicios secretos de los países, hizo especial hincapié en la gestión de los refugiados procedentes de Siria o Irak. Juncker realizó una encendida defensa de las personas que demandan protección huyendo de la guerra. «Quiero alertar de las amalgamas peligrosas, perniciosas, que igualan a refugiados, demandantes de asilo e inmigrantes con los terroristas. No podemos ceder a esa tentación dramáticamente ridícula».

Vuelven los enfrentamientos al paso de Calais

Seis personas resultaron heridas en los enfrentamientos que se desataron ayer en uno de los campamentos de inmigrantes situados en el paso de Calais. Los disturbios estallaron cuando unos 800 inmigrantes intentaron asaltar los camiones que atraviesan Calais para subirse en ellos y llegar así al Reino Unido. La policía intervino «para desalojar a los inmigrantes de las vías» que habían ocupado interrumpiendo el tráfico rodado. Los simpapeles lanzaron «proyectiles» contra los agentes que respondieron con gases lacrimógenos.

Bélgica sigue el rastro a 10 terroristas armados y preparados para atentar

Bruselas afronta hoy su sexto día en alerta máxima por amenaza terrorista. Las autoridades tratan de mantener con todos los medios a su alcance el despliegue de seguridad en la capital mientras los equipos de inteligencia siguen la pista a unos 10 presuntos yihadistas cuyo paradero aún se desconoce. Lo confirmó ayer el ministro de Exteriores, Didier Reynders. El liberal admitió que existe una célula terrorista fuertemente armada y lista para atacar lugares concurridos. Reynders admitió que los individuos que buscan podrían portar armas más mortíferas que los kalashnikov utilizados en París e incluso «bombas suicidas», con la intención de perpetrar una nueva matanza como la del pasado viernes 13 en la capital francesa. 

La advertencia llega cuatro días después de que las autoridades frustrasen una oleada de atentados en la capital, según confirmaron fuentes del Gobierno belga a L?Echo. A pesar de que el enorme operativo antiterrorista desplegado el pasado domingo se saldó con una sola acusación formal, la policía señala que la red de apoyo logístico y financiero de los terroristas se ha visto golpeada. La preocupación se centra ahora en garantizar el perímetro de seguridad alrededor de escuelas y el metro, como exige el nivel de alerta 4.

Los alcaldes de algunas comunas como Molenbeek se quejan de la falta de efectivos policiales. «No tenemos la capacidad de poner a dos policías de guardia en el exterior de cada colegio», aseguraba ayer su alcaldesa, Françoise Schepmans. El propio ministro belga del Interior, Jan Jambon, tuvo que solicitar ayuda adicional a las autoridades de ciudades como Mons, Namur y Dinant. Los policías empiezan a sufrir el cansancio de largas jornadas de actividad sin relevo. Los sindicatos advierten de que la «cuerda está tensa» y que sin reposo o refuerzos, la seguridad de los ciudadanos se verá comprometida.