Al Qaida eleva la presión sobre Francia con una masacre de occidentales en Mali

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Paloma Ferro

París envió a sus fuerzas especiales para hacer frente al ataque terrorista a un hotel

21 nov 2015 . Actualizado a las 09:44 h.

El terror yihadista incrementó ayer la presión sobre Francia al fijarse como objetivo un hotel de la capital de Mali frecuentado por occidentales. El asalto y la toma de unos 170 rehenes dejó un saldo de 27 muertos entre clientes y empleados y 13 terroristas abatidos. Esta vez se trata de una acción de un grupo afín a Al Qaida. El objetivo, descarrilar la recién iniciada estabilización de Mali, liderada por Francia y apoyada por 11.000 cascos azules y la misión de adiestramiento policial de la UE, en la que participa España.

El grupo yihadista Al Murabitún, liderado por el veterano terrorista argelino Mojtar Belmojtar, reivindicó la autoría del ataque y dijo que lo llevó a cabo en «coordinación» con Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), según informa el diario mauritano Al Akhbar. El general David Rodríguez, jefe del Africom (el comando estadounidense para África), dio por bueno la reivindicación de Al Qaida, dada la limitada presencia del Estado Islámico en el país.

Los atacantes llegaron sobre las siete de la mañana en un vehículo diplomático estadounidense que habían robado. Al grito de «Alá es grande» abatieron a los vigilantes del hotel, tomando como rehenes a 140 huéspedes, entre ellos hombres de negocios, militares, diplomáticos y empleados de Air France y Turkish Airlines, y 30 empleados, según datos de la cadena hotelera británica. Entre los secuestrados había ciudadanos de hasta catorce nacionalidades, entre ellos, franceses, belgas, indios, turcos chinos. El Ejecutivo de Bamako habla de dos españoles y el Gobierno de Madrid, de uno que resultó ileso.

Las tropas malienses asaltaron el hotel con el apoyo de fuerzas especiales de la Gendarmería francesa enviadas desde París, un comando de élite estadounidense presente en Bamako y cascos azules nigerianos.

Recitando el Corán

En los primeros momentos del asalto, 87 personas fueron liberadas o lograron escapar. A los primeros que dejaron salir los yihadistas fue a los que sabían recitar el Corán. Más de siete horas después del inicio del ataque, la fuerzas de seguridad de Mali dieron por terminada la operación y peinaron las habitaciones del hotel de lujo Radisson Blu. Según la Misión de la ONU en Mali y fuentes de seguridad malienses, todos los asaltantes fueron abatidos. Dos de ellos, de tez oscura, hablaban en inglés y árabe.

Los 110 militares españoles desplegados en la misión de la UE no se vieron afectados. Diez de ellos están destinados en Bamako y el resto en la base de Koulikoro, a 60 kilómetros. Este es el tercer ataque yihadista en Mali en lo que va de año contra lugares concurridos por occidentales.

El atentado ha llevado a Francia a desplazar al norte de Mali a 600 militares de la operación Barkhane, para cerrar la frontera e intensificar la búsqueda de depósitos de armas y bases logísticas de los terroristas. Barkhane, que cuenta con 3.500 soldados, se desplegó en agosto del 2014 como continuación de la operación Serbal, del 2013, con la que se logró neutralizar en parte la actividad terrorista en Mali.

El escurridizo y sanguinario Tuerto

Detrás de Al Murabitún está Mojtar Belmojtar, alias el Tuerto o Míster Marlboro, un escurridizo yihadista que compagina sus negocios de contrabando con la organización de atentados y secuestros de extranjeros en el Sahel, entre ellos el de tres cooperantes españoles en el 2009.

FBI

Este argelino de 43 años y formado en la guerra contra los soviéticos en Afganistán es uno de los terroristas más buscado por Francia y EE.UU. Se le ha dado por muerto en varias ocasiones, la última en junio en un ataque aéreo estadounidense en Libia, pero Belmojtar, como el ave fénix, siempre reaparece protagonizando alguna espectacular acción terrorista. Sobre sus espaldas recae uno de los mayores secuestros de la historia: el de la planta gasística de Amena (Argelia), en la que retuvo a 800 rehenes y dejó 60 muertos en el asalto de las fuerzas argelinas. En el 2003 participó en el primer gran secuestro de extranjeros en el Sahel, al que le siguieron otros muchos, en un lucrativo negocio que le reportó millones de euros.

Con solo 19 años se fue a combatir a Afganistán. Allí perdió uno de sus ojos, ganándose el apodo del Tuerto. Regresó a su país como un héroe en 1993 uniéndose a la guerra del GIA contra el poder de Argel. A partir de 1998 compatibilizó su lucha en el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate con sus negociones de contrabando de armas, drogas y tabaco, de ahí su otro alias de Mister Marlboro.

Tras el 11-S, los salafistas juraron lealtad a la red de Bin Laden y crearon Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI). El control de las rutas del narcotráfico provocó su expulsión de AQMI. Entonces creó su propia unidad, a la que bautizó como Los que Firman con Sangre. En el 2013, su grupo forjó una alianza con el Movimiento para la Unidad y la Yihad en el África Occidental (Muyao) fundando Al Murabitún. Cuando en mayo el líder de Muyao anunció su adhesión al Estado Islámico, Belmojtar rechazó dicha fidelidad, dejando en evidencia la lucha interna por el poder. Al Bagdadí no aceptó la adhesión. En junio, los servicios secretos argelinos daban por hecha la reconciliación entre ambas organizaciones.