El tiempo se acaba y el problema es cada vez más grande. Los ministros de Interior de la Unión Europea celebrarán hoy una cumbre en Bruselas para tratar el modo de «acelerar el proceso» de reubicación de 160.000 refugiados en los Estados. Además, el miércoles y jueves, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y de sus socios africanos se reunirán en La Valeta para intentar la cooperación mutua en materia migratoria.
Hasta ahora apenas han sido realojadas un centenar de personas. En la agenda de los 28 estará también examinar qué trato se dispensa a aquellos demandantes de asilo que rechazan ser registrados o trasladados cuando pisan suelo europeo.
Resistencia a registrarse
Uno de los mayores problemas que están encontrando los países adonde llegan en primer lugar los demandantes de asilo es la negativa de estos a que se tomen sus huellas y a ser registrados para tramitar su expediente, según indican fuentes europeas, por miedo a ser deportados o a no poder elegir el lugar al que ser trasladados.
De acuerdo con la normativa comunitaria, los Estados miembros pueden «detener» a un inmigrante o a un demandante de asilo por un período de seis meses (prorrogable hasta 18) si se niega a cooperar con las autoridades del país. Pero esta medida se plantea «en última instancia» y no implica su retención en prisión, sino en centros habilitados para los inmigrantes.
Se trata de una posibilidad que ya se contempla, pero es probable que los ministros centren gran parte del foco de la discusión de hoy en este asunto. «Existe el derecho de asilo en Europa, pero no a elegir el Estado miembro», advertía un alto funcionario europeo al referirse a uno de los problemas que está frenando el inicio del plan de reubicación europeo.
El propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya advirtió hace días en el pleno del Parlamento de que «si no hay registro, no hay derechos», en un intento por alertar a los inmigrantes de la necesidad de colaborar.
Fuentes europeas, sin embargo, recuerdan que los inmigrantes siempre estarán asistidos por derechos fundamentales, incluido el principio de no devolución, que impide a un país enviar a un inmigrante a una frontera en donde su vida o su libertad estén amenazados. La UE ha reiterado las llamadas a Grecia e Italia para que tengan operativos cuanto antes todos sus centros de registro y retención de inmigrantes para facilitar su traslado.
Falta de fondos
Otro de los asuntos clave de la discusión de los ministros tiene que ver con la necesidad de «acelerar» las medidas acordadas por los 28 en cuanto a aportaciones económicas.
Los fondos anunciados por los líderes de la Unión Europea no se han traducido aún en aportaciones reales. Los Gobiernos apenas han dado 520 de los 2.800 millones de euros que se habían comprometido.
«Ruta de los Balcanes»
Además de hacer balance de las acciones puestas en marcha por el momento, los ministros europeos deberán analizar si será necesario diseñar otras medidas, tanto a corto como a largo plazo, por ejemplo intensificando la capacidad de acogida, como ya han acordado los países más afectados por el tránsito de refugiados a través de la llamada ruta de los Balcanes.