La ONU denuncia a la República Checa por trato degradante a los refugiados

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Acusa al país de mantenerlos detenidos hasta 90 días y someterlos a intensos registros en busca de dinero para que paguen su arresto

22 oct 2015 . Actualizado a las 19:55 h.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha acusado a las autoridades de la República Checa de violar sistemáticamente los derechos Humanos de los refugiados por mantenerlos detenidos hasta 90 días y someterlos a intensos registros en busca de dinero para que paguen su arresto.

En un comunicado, Zeid ha dicho que las violaciones de Derechos Humanos «parecen ser una parte esencial de la política checa diseñada para disuadir a los inmigrantes y refugiados de entrar en el país o permanecer en él».

El país se sitúa al norte de la principal ruta migratoria tomada por los refugiados que se extiende desde los Balcanes a Alemania, una ruta que, sin embargo, ha visto una ínfima parte de los cientos de miles de personas que atraviesan Hungría y Austria.

La mayor parte de los refugiados que vienen de la República Checa han sido detenidos, algunos incluso durante semanas, al no conseguir las autoridades devolverlos al país del que procedían. Muy pocos piden asilo en el país y la mayoría continúa su viaje hasta Alemania una vez son liberados.

El Gobierno checo ha afirmado que las detenciones son legales y ha asegurado que está intentando mejorar las condiciones de los centros. «Estamos mejorando las condiciones de los refugiados y no pensamos que estemos incumpliendo ninguna norma o directiva internacional», ha afirmado el ministro del Interior, Milan Chovanec, en respuesta a las declaraciones de la ONU.

«Supongo que recibiremos un informe escrito (de la ONU) en el cual se aclarará el motivo de las críticas», ha añadido. La República Checa, Hungría, Eslovaquia y Rumanía se negaron a aceptar el sistema de cuotas para el reparto de refugiados en territorio comunitario.

Aumento de las declaraciones xenófobas

Zeid ha alertado de que a la política de detención del país se está sumando un incremento de las declaraciones públicas de carácter xenófobo. Incluidas las declaraciones «islamófobas» del presidente checo, Milos Zeman, y un llamamiento público hecho por su predecesor, Vaclav Klaus, «contra la inmigración».

El portavoz de Zeman, que ha rechazado estas críticas, ha señalado que el mandatario ya ha sido advertido sobre «la amenaza que supone el fundamentalismo islámico». «Mantiene su opinión y tampoco la cambiará por la presión que reciba del exterior», ha asegurado.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha afirmado que una amplia mayoría de aquellos que están realizando el viaje en dirección norte, muchos con la intención de llegar a Alemania, son refugiados y no inmigrantes económicos, por lo que tienen derecho de protección y asilo.

Dado que la mayor parte de los refugiados provienen de Siria, Zeman ha advertido de que estas personas podrían imponer la sharia una vez hayan alcanzado su detino, lapidando a las mujeres por adulterio y cortando las manos a los ladrones. «Perderemos la belleza de las mujeres porque serán cubiertas con burkas de la cabeza a los pies, solo con una rejilla sobre la cara», afirmó la semana pasada, según la agencia CTK.

Las opiniones del presidente checo coinciden con las del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien ha jurado proteger los valores cristianos cortando de raíz la inmigración de los países musulmanes.

En este sentido, Zeid ha afirmado que aunque el Gobierno checo no ha usado una retórica similar a la del presidente, continúa deteniendo refugiados por largos periodos de tiempo -normalmente 40 días, aunque, a veces, llega a los 90-.

Violación sistemática de los derechos humanos

«La ley internacional explicita claramente que la detención de inmigrantes es una medida de último recurso», ha señalado. Detener niños «es una violación -por los derechos que ostentan por su estatus de refugiados, o el de sus padres- y nunca es en su propio beneficio ni justificable», ha denunciado.

Los tribunales han liberado a aquellas personas que han impugnado su detención, pero la mayoría no conoce sus derechos y tampoco son capaces de ejercerlos, debido fundamentalmente a que sus teléfonos móviles fueron requisados cuando les detuvieron, ha añadido el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Zeid también ha señalado que los refugiados, tras ser liberados, carecen de recursos y afrontan unas difíciles condiciones. En este sentido, ha denunciado que, cuando son detenidos, les desnudan y registran en busca de dinero para pagar su reclusión, que cuesta unas 250 coronas checas al día (unos nueve euros).