Europa busca atraer a Turquía para contener la crisis de los refugiados

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

GIORGOS MOUTAFIS | Reuters

Ankara exige la liberalización de visados antes de readmitir desplazados

16 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La gestión de la crisis migratoria no tendrá éxito sin la colaboración de Turquía. No queda otra opción, según reconocieron los 28 líderes europeos en su cumbre de ayer en Bruselas. Sin embargo, se exigía mucho más a una cita en la que no se lograron grandes avances para frenar el flujo de refugiados a través de las fronteras externas de la Unión y gestionar la reubicación de los demandantes de asilo que se encuentran en territorio comunitario. 

El encuentro sirvió, básicamente, para ultimar la oferta que la UE pondrá encima de la mesa a Turquía como aliciente para que controle su propia frontera y deje de impulsar el desplazamiento ilegal de migrantes hacia la UE. Europa propone acelerar la liberalización de visados a los ciudadanos turcos si Ankara se compromete a blindar inmediatamente la frontera y readmitir un contingente de refugiados aún por concretar: «Necesitamos garantías. No estoy hablando de buena voluntad sino de hechos», advirtió el presidente del Consejo, Donald Tusk, sin esconder su desconfianza.

En el país vecino, que acoge a 2,5 millones de refugiados, la música suena diferente. El Gobierno turco se niega a colaborar si no hay previamente un acuerdo para acelerar la libre circulación de sus ciudadanos en el espacio Schengen. Exigen que la fecha límite sea el 2016 en lugar del 2017, como estaba previsto. «No firmaremos el acuerdo de readmisión si no se dan antes pasos sobre el visado», anunció el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. 

El órdago es claro. Ankara no se conforma y pide más. Los 28 necesitan una tregua para poner orden interno y ayer se mostraron dispuestos a ayudar con fondos. Según un borrador filtrado al Financial Times, el dinero fresco que podría ofrecer la Unión a Turquía podría ascender a 3.000 millones de euros.

Algunas delegaciones no están conformes y manifestaron ayer sus reticencias a abrir tanto la mano. La rivalidad histórica entre Chipre y Turquía salió a relucir durante la cita a la que no asistió en señal de protesta el presidente chipriota, Nicos Anastasiades, quien delegó en el primer ministro griego, Alexis Tsipras, su representación. «Grecia está preparada para cooperar con Turquía siempre bajo las leyes de la comunidad internacional», anunció el líder griego para exigir a Ankara que renuncie al control sobre la región del norte de Chipre.

Promesas incumplidas

¿Dónde están los fondos comprometidos para África, para Siria, para Acnur y para el Programa Mundial de Alimentos? ¿Dónde se quedaron las llamadas para solucionar de raíz las causas que empujan a los refugiados a abandonar sus países de origen?  Los esfuerzos políticos flaquean y las promesas se desvanecen. Bruselas presiona a los Estados miembro. «Las promesas nacionales no se han cumplido. Podemos y tenemos que hacer más», recordó Tusk. «Es fácil ponerse de acuerdo con el dinero. Es más difícil acordar cómo repartirse los refugiados. Es una discusión para las próximas cinco cumbres... o las próximas diez», ironizó el canciller austriaco, Werner Faymann. 

Su homóloga alemana, Angela Merkel, pidió solidaridad. Francia se unió a la demanda. La mayoría de socios no han contribuido todavía financieramente a los programas en marcha ni han enviado expertos para reforzar las labores de Frontex y EASO en las fronteras y centros de identificación de migrantes. Tampoco se han ofrecido acoger de forma inmediata a refugiados.

La UE pide claridad a Cameron para negociar

El tiempo apremia para renegociar la participación del Reino Unido en la Unión Europea y el primer ministro británico, David Cameron, desaprovechó ayer la ocasión de avanzar en las conversaciones con los líderes europeos. El intercambio de puntos de vista estaba previsto en el orden del día, pero el premier acudió sin una lista de deseos concreta que revisar.

Las discusiones a nivel técnico «han avanzado», reconocen fuentes de Bruselas, pero no hay atisbo de propuestas sobre la mesa. ¿Qué solicita el conservador británico? ¿Qué reformas exige con tanto ahínco en el club de los 28? La canciller alemana, Angela Merkel, le pidió ayer que «clarifique la sustancia» de sus demandas. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, también le pidió «claridad» y le invitó a comparecer ante la Eurocámara para explicar su plan: «Por ahora no sabemos exactamente qué es lo que quiere negociar», indicó el alemán.

La cuenta atrás está, sin embargo, en marcha. Cameron se comprometió a celebrar el referendo sobre la permanencia británica en la UE en el 2017, probablemente en la primera mitad del año. «Volveré en noviembre para presentar las cuatro áreas vitales donde necesitamos cambios», aseguró el torie que trató de calmar los ánimos al otro lado del Canal de la Mancha asegurando que las conversaciones «están yendo bien».

Aunque el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, se mostró en público dispuesto a tener la mano a Londres porque «necesitamos al Reino Unido», hay dudas considerables sobre el alcance: «No habrá reforma de los Tratados para el 2016 o el 2017», asegura una alta fuente diplomática de Bruselas. 

El debate sobre el posible Brexit o el nuevo rol del socio británico en la UE  se retomará en la última reunión de líderes europeos en diciembre. En el 2016 empezarán las negociaciones políticas.