Passos Coelho lanza un ultimátum al socialista Antonio Costa

begoña íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

HUGO CORREIA | Reuters

El primer ministro luso fue tajante: «O el Partido Socialista cambia de actitud con nosotros y presenta una contrapropuesta a nuestras numerosas propuestas o no habrá más reuniones»

15 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La tormenta estalló ayer tras dos reuniones fallidas entre los conservadores lusos del primer ministro en funciones, Pedro Passos Coelho, y los socialistas de Antonio Costa, para llegar a un acuerdo que garantice la estabilidad de gobierno en Portugal durante la próxima legislatura. Horas antes de participar en Bruselas en el Consejo Europeo, Passos propinó un puñetazo en la mesa y lanzó una amenaza a Costa: «O el Partido Socialista cambia de actitud con nosotros y presenta una contrapropuesta a nuestras numerosas propuestas o no habrá más reuniones». Passos fue más allá al afirmar que «Portugal no puede ser rehén de un juego político partidario de la izquierda». Añadió que «la coalición PSD-CDS fue la ganadora de las elecciones, y no el PS, como parece demostrar Antonio Costa con su actitud arrogante».

Mientras tanto, continuaban los encuentros técnicos en Lisboa entre el PS con los comunistas y el Bloco de Esquerda. Posteriormente Antonio Costa se reunió con los embajadores de la UE para tranquilizarles ante un posible Gobierno de izquierda. El único socialista en responder a Passos fue el presidente del partido, Carlos Cesar, quien consideró la actitud de Passos «muy arrogante». «No queremos gobernar cueste lo que cueste», afirmó.

A la espera de que se publiquen los resultados definitivos de las legislativas con el voto emigrante, el presidente Cavaco tiene ahora un gran dilema entre las manos. La incertidumbre está instalada entre los portugueses y también entre algunos militantes y barones del PS, como Francisco Assis o Antonio Vitorino, que no están de acuerdo con que Costa gobierne con la izquierda.

Hasta ahora nunca ha ocurrido en los 40 años de democracia lusa que un presidente no haya nombrado primer ministro al ganador de las legislativas, aunque fuera en situación de minoría.