La OTAN, dispuesta a enviar tropas a Turquía ante la escalada rusa en Siria

R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Ofensiva del régimen
La Voz

Cuatro de los misiles lanzados desde el mar Caspio cayeron en Irán

09 oct 2015 . Actualizado a las 07:19 h.

La OTAN está dispuesta a desplegar tropas en Turquía si fuera necesario en vista de la «inquietante escalada de las actividades militares rusos» en Siria, declaró el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, tras la reunión de ayer en Bruselas de los ministros de Defensa de los 28 países aliados. «Tenemos la capacidad e infraestructura para enviar una fuerza de intervención rápida al flanco sur de la Alianza» y lo «haremos si es necesario», aseveró.

La intervención rusa en Siria preocupa a los aliados no solo por su amplio despliegue, sino por ser campo de ensayo para su armamento. Stoltenberg reconoció que Rusia está probando «algunas de sus armas más modernas». Sin embargo, la puntería de los misiles de crucero lanzados por buques de guerra en el mar Caspio, como presumió el Kremlin, tampoco fue tal. Cuatro Kaliber M14 acabaron impactando en Irán en lugar de en Siria, según contaron dos altos cargos de Washington en la CNN. No dieron detalles sobre las zonas donde cayeron ni de los posibles daños materiales o humanos. El mando militar ruso negó que fuera cierto.

El jefe del Pentágono, Ashton Carter, también quiso bajar los humos a Vladimir Putin al advertirle que pronto sus tropas comenzarán a tener bajas en la media en que se implique más en la guerra, después de reprocharle de que no avisara a EE. UU. sobre el ataque desde el Caspio.

Además del despliegue de tropas en Turquía, la OTAN revisará su presencia naval en el Mediterráneo oriental, donde los rusos han acumulado un flota naval en su base siria de Tartús, y estudiará mantener las baterías antimisiles Patriot en Turquía. España está dispuesta a seguir un año más con su batería de Patriot y un contingente de 150 militares en la ciudad turca de Adana, «si la OTAN se lo pide y se dan las circunstancias», explicó el ministro de Defensa, Pedro Morenés. No obstante, aclaró que España no se quedará sola con «la única batería» porque «dejaría de tener utilidad». La condición es que Italia y Francia acepten desplegar sistemas para sustituir a los que EE.UU. y Alemania prevén retirar en enero.

Tras una semana de ataques aéreos contra centros de mando, arsenales y armamento pesado, la operación rusa ha pasado a una segunda fase que consiste en dar apoyo aéreo a la contraofensiva terrestres del régimen para expulsar a los rebeldes de Latakia, Hama, Alepo y Homs.

El jefe del Estado Mayor sirio, general Alí Abdalá Ayub, confirmó ayer el inició de la ofensiva y reconoció que «los bombardeos rusos han disminuido la capacidad de combate del Estado Islámico y otros grupos terroristas». Uno de los sectores más castigados ayer fue Sahl al Ghab, una llanura controlada por el Ejército de Al Fatah, una alianza de facciones de tendencia islámica, que colabora con el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaida. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó el anuncio de Damasco de avances militares en el oeste, pero también del derribo de uno de sus helicópteros.

Ankara amenaza con dejar de comprar gas ruso

La intervención militar rusa en Siria ha generado graves tensiones con Turquía, país cuyo máximo objetivo es acabar con Bachar al Asad y sustituirlo por un régimen amigo para recuperar así su perdida influencia en Oriente Medio. Las sucesivas violaciones de su espacio aéreo y los hostigamientos a sus cazas por aviones de combates rusos han hecho que Ankara haya ido subiendo el tono hasta amenazar ayer con romper la cooperación nuclear y gasística entre ambos países.

Desde Japón, donde está de visita, el presidente Recep Tayip Erdogan advirtió que Rusia «no debe perder» sus importantes intereses comerciales en Turquía en energía nuclear y gas natural. Ankara compra más del 50 % de su gas a Moscú. ««Somos el primer consumidor de gas natural ruso. Perder Turquía sería una gran pérdida para Rusia», recordó. El presidente islamista destacó también la construcción de su primera planta nuclear. «Si los rusos no construyen Mersin Akkuyu, otros lo harán», dijo Erdogan. «Ellos [los rusos] ya invirtieron 3.000 millones de dólares en el proyecto. De hecho, Rusia es la que debe actuar con más cuidado», dijo según recoge el diario turco Hürriyet. La central de Akkuyu, cuyo coste alcanza los 21.000 millones de dólares, debería entrar en servicio en el 2020.