Noche violenta en Tucumán por los indicios de fraude electoral

Carlos Ocampo REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Diego Araoz | EFE

Protestas populares y acusaciones entre los candidatos reflejan la tensión de los argentinos ante la elección del próximo presidente

26 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La carrera hacia la Casa Rosada se esboza con trazos de polémica, a juzgar por los violentos acontecimientos de la noche del lunes en Tucumán. La policía cargó contra los manifestantes que se agolpaban frente a la Casa de la Gobernación en la capital, San Miguel, para protestar por el desarrollo de las elecciones a gobernador, sin que nadie haya aclarado quién dio la orden de intervenir. Policías montados, balas de goma y gases lacrimógenos causaron 20 heridos, pero, tras dispersarse, cuando todo volvió a la calma, los manifestantes volvieron a concentrarse. Para la noche de ayer estaba prevista una nueva convocatoria para protestar por la represión.

Tucumán es una de las provincias más pobres del norte argentino y su población solo supone el 3 %, pero es un feudo del kirchnerismo y los comicios del domingo se ven como un importante indicativo de lo que pueda ocurrir el 25 de octubre. Allí estuvieron los tres aspirantes con más posibilidades de llegar a la presidencia: el kirchnerista Daniel Scioli, el opositor Mauricio Macri y el escindido del Frente para la Victoria Sergio Massa. Estos, para apoyar, unidos por el antikerchnerismo, al candidato de Unión Cívica Radical, José Cano, que perdió, como era previsible.

Irregularidades

Pero los 14 puntos de ventaja de Juan Manzur, el pupilo de un gobernador, José Alperovich, que llevaba 12 años aferrado al cargo, no llegaron limpios de desconfianzas y polémicas. Massa criticó la lentitud del escrutinio y Macri ofreció un resumen de unos «hechos tan irregulares como que encierren a fiscales en un baño, tomar escuelas, agredir a gendarmes, quemar urnas, que aparezcan certificados gemelos...». Y se quedó corto: los medios también denunciaron que una urna tenía papeletas antes de que se abriera el colegio, además de prácticas caciquiles más habituales, como la compra de votos por bolsas de comida y los autobuses para desplazar a los censados a las urnas. El candidato opositor, que no cuestiona su derrota, reclamó ayer que se reabran las urnas y anunció que pedirá que se repitan las elecciones, pero la Junta Electoral ya oficializó que no descubrió ningún fraude.

El oficialismo se defiende. Alperovich afirma que él no ordenó reprimir las protestas y Clarín muestra un vídeo según el cual fue un policía que abrió un extintor contra los manifestantes el que desencadenó los enfrentamientos. Las condenas llegaron también del jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, como de Scioli, que además culpan a la oposición de fomentar las protestas.