Calma en la frontera de Macedonia y Grecia mientras continúa la llegada de refugiados

EFE GEVGELIJA

INTERNACIONAL

Las autoridades griegas y macedonias esperan la ayuda de la Unión Europea

23 ago 2015 . Actualizado a las 19:26 h.

La tensión vivida en los últimos días en la frontera de Macedonia con Grecia ha disminuido hoy, pero la llegada diaria de miles de refugiados impide recuperar la normalidad.

La mayoría de ellos ha salido desde la estación de tren de la localidad macedonia de Gevgelija en dirección a la frontera con Serbia y otros lo han hecho en autobuses puestos a su disposición por dos compañías locales y en taxi. El billete de tren desde Gevgelija hasta la frontera norte cuesta diez euros, el de autobús está alrededor de los doce y en taxi el precio se dispara hasta los 120 euros por trayecto.

Las impactantes imágenes de miles de personas aguardando en Gevgelija y el gran despliegue policial han dejado paso a una relativa calma, ya que hay muchos menos refugiados esperando y la presencia de los agentes y del Ejército se ha reducido notablemente.

La huella de las miles de personas que han pasado por la estación es visible, pues se acumulan montones de basura por los alrededores y se pueden distinguir algunas pertenencias olvidadas. Los servicios municipales de la pequeña población de Gevgelija se afanan en tratar de devolver a la estación su aspecto habitual, mientras las autoridades locales reconocen estar desbordadas ante las masivas llegadas.

La Policía ha estado permitiendo el paso regular en pequeños grupos de personas, aunque ha establecido un control estricto para que no haya aglomeraciones o problemas en la entrada. La prensa local apunta que en las últimas horas habrían entrado en el país al menos 4.000 personas. Muchas de ellas ya han conseguido su objetivo a corto plazo: llegar a la localidad de Presevo, en el sur de Serbia. Allí, según datos de la Cruz Roja, han llegado entre 6.000 y 8.000 refugiados procedentes de Macedonia en las últimas 24 horas.

Lo más probable es que atraviesen Serbia para llegar a Hungría, donde las autoridades están construyendo un muro a lo largo de la frontera con su vecino del sur, y desde allí pasen a Austria y Alemania.

Los que aún esperan en territorio macedonio recibieron la pasada noche paquetes con comida, agua y medicinas que les proporcionaron organizaciones como la Cruz Roja, que, junto al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y los colectivos locales, son los únicos que les prestan asistencia básica.

Ante la ausencia de una infraestructura pública que los acoja, el Gobierno ha iniciado con celeridad la construcción de un centro de recepción donde puedan alojarse y realizar los trámites de registro. Aunque las autoridades macedonias han conseguido estabilizar la zona, en estado de emergencia desde el pasado jueves, todo apunta a que se pueden vivir nuevas escenas de tensión, ya que diariamente llegan al puerto ateniense del Pireo miles de refugiados con la intención de seguir su viaje hasta la frontera con Macedonia. Tan solo hoy llegaron más de 2.000 refugiados procedentes de las islas del mar Egeo, donde otros miles esperan embarcarse para llegar a la península helena.

A nivel político se ha estrechado la colaboración entre Macedonia y Grecia, pero ambos países coinciden en que el problema no puede gestionarse localmente y apelan a la ayuda de la Unión Europea. El ministro de Exteriores macedonio, Nikola Popovski, ha recalcado, en declaraciones a los medios, la necesidad de encontrar una solución de manera conjunta.

«Esperamos que la Unión Europea tenga en cuenta el hecho de que Macedonia es parte de las rutas migratorias y que, con independencia de que no sea miembro de la Unión, tenga igualdad de trato», señaló. Agregó que la crisis migratoria no está cerca de terminar, debido a que el número de personas que entran en Grecia va en aumento, y que la ayuda que recibe su país de la comunidad internacional «es simbólica», de modo que «la carga principal deben asumirla las instituciones nacionales».