Kasich, el «tapado» que se suma a la carrera republicana

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

AARON P. BERNSTEIN | Reuters

Es el gobernador de Ohio, estado sin el que ningún conservador llegó a la presidencia

22 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobernador de Ohio, John Kasich, se convirtió ayer en el 16.º aspirante a ser el candidato republicano a la presidencia de EE.UU. Todo indica que será el último nombre de peso y que podría dar la sorpresa en el 2016, gracias a su popularidad como gobernador de Ohio.

Kasich es un centrista que ocupa ideológicamente una posición similar a la del exgobernador de Florida Jeb Bush o el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie. La razón que lo ha llevado a él y a otros pesos pesados a participar en estas elecciones ha sido que Jeb Bush, al que todo el mundo consideraba seguro ganador, no consigue despegarse en las encuestas. La intención de voto se ha dividido y a su vez impulsa la proliferación de contendientes, porque en un mapa tan fragmentado todos se creen con más posibilidades de ganar.

Claro que, aunque los candidatos son 16, hay una primera criba que va a ser fundamental: el debate en la Fox. La cadena de televisión ya anunció hace meses, cuando se advirtió el panorama multitudinario que se avecinaba, que el primer debate sería solo entre diez, aquellos que estén en los primeros puestos en intención de voto en las encuestas más importantes. Así que la pugna actual entre conservadores es por entrar en esa nómina.

Si el debate se celebrara hoy, serían Donald Trump, Jeb Bush, Scott Walker, Marco Rubio, Mike Huckabee, Rand Paul, Ben Carson, Ted Cruz, Chris Christie y Rick Perry. Quedarían fuera Rick Santorum, Bobby Jindal, Carly Fiorina, Lindsay Graham y John Kasich. Pero es seguro que esta lista va a cambiar antes del 6 de agosto, fecha prevista para el litigio. Es de esperar que las cifras de Kasich mejoren mucho.

Su principal baza se compone de una larga trayectoria en la vida pública. Fue legislador en la Cámara de Representantes durante 20 años y es gobernador de desde el 2010 en un estado, Ohio, con un especial significado electoral. Es de suponer que, si vence en las primarias, en las presidenciales se llevaría también la mayoría de los votos de este estado. Al menos es lo que ocurre tradicionalmente en las elecciones estadounidenses, y ese es un dato muy importante porque nunca un republicano ha llegado a la Casa Blanca sin vencer en Ohio.

El problema de Kasich es que le va a costar mucho hacerse con el voto más conservador, principalmente porque como gobernador ha impulsado la aplicación de una de las partes fundamentales de la ley de reforma sanitaria de Obama, los que entre sus potenciales votantes es poco menos que una herejía.

¿Un payaso o un brillante estratega?

En contra de todos los pronósticos, a la cabeza de las encuestas está el multimillonario Donald Trump. Gracias a sus explosivas declaraciones. Contra los mexicanos que emigran a EE.UU., a los que llamó asesinos, violadores y criminales. Contra la mujer de su rival Jeb Bush, que es mexicana. O contra John McCain, que estuvo cinco años prisionero en Vietnam: «Es un héroe porque lo capturaron. Yo prefiero a los que no capturan». Con sus afiladas diatribas,

el empresario obtiene un 24 % de la intención de voto. Doce puntos por detrás aparece Jeb Bush y a Scott Walker le saca 13. Con su estilo polémico, el magnate atrae la atención de los medios y se hace conocido para una parte de los votantes. El porcentaje de intención de voto que capta así no es alta, pero sí significativa, debido a que está muy repartida. Pero su estrategia solo le va a servir en los primeros meses. Cuando comiencen las votaciones, irán cayendo los candidatos y con ellos también las ilusiones de Trump.