El antiguo enclave de Srebrenica, una zona protegida por cascos azules holandeses de la ONU, fue ocupado el 11 de julio de 1995 por las tropas bajo el mando del general serbobosnio Ratko Mladic. Dos días después comenzaron las ejecuciones masivas de musulmanes.
Los restos mortales de las víctimas de la matanza fueron exhumados de numerosas fosas comunes halladas en el este de Bosnia.
El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia ha condenado a tres altos cargos militares serbobosnios a cadena perpetua por su responsabilidad en el genocidio. Los líderes político y militar durante la guerra, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, respectivamente, están siendo procesados.