Juncker arremete contra Tsipras y lo acusa de emponzoñar la negociación

Cristina Porteiro
c. porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

LOUISA GOULIAMAKI | AFP

«La eurozona tiene 19 democracias y ninguna es más que otra», afirma

08 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, no ha retrocedido en su pulso con Alexis Tsipras. El contundente resultado a favor del no en el referendo del domingo le dolió especialmente al luxemburgués, que ayer quiso desquitarse enviando a los griegos un mensaje desde la Eurocámara. «La eurozona tiene 19 democracias y ninguna es más que otra», alegó antes del arranque de la cita del Eurogrupo en Bruselas.

Para tratar de mitigar la dureza de su discurso, Juncker se mostró «cercano y preocupado por las condiciones de vida de los griegos», pero no dudó en advertirles de que la UE no abrirá más la mano a Atenas tras el mensaje lanzado desde las urnas pidiendo el fin de la austeridad. Nada cambiará la hoja de ruta de los socios europeos. «No olvido la realidad del resto de países porque hay paro y pobreza en toda Europa. Salarios mínimos inferiores a los griegos. Umbrales de pobreza que se están rebasando y niveles de vida inferiores a los de Grecia», se justificó para pedir a los ciudadanos que vean esa realidad antes de «abandonarse a declaraciones populistas».

Juncker aprovechó su presencia en el hemiciclo para cargar contra Tsipras, al que pidió que no siga utilizando la retórica para emponzoñar las negociaciones. «Tampoco acepto que a los representantes de las instituciones se nos califique de terroristas. Ese no es un lenguaje que se pueda utilizar en Europa», apostilló. A pesar de la dureza verbal exhibida, lo cierto es que el jefe del Ejecutivo comunitario se ha echado a un lado después del chaparrón de críticas que le han llovido estos días por su activa campaña a favor del sí en el referendo del domingo. Las voces que sugieren que debería dimitir se multiplican. ¿La razón? Tomar partido en una consulta reservada al pueblo griego y hacerlo con amenazas y desacreditaciones impropias de su cargo. «Sorprendentemente en este tema todo el mundo puede pronunciarse menos yo, pero a mí me han elegido democráticamente para mi cargo», se defendió Juncker, quien, pese a todo, reiteró una vez más su deseo de que Grecia siga en el euro. «No se trata de ver quien tiene razón. Hay que apartar nuestro pequeño ego, incluso mi gran ego, para analizar la situación. Mi voluntad es evitar el grexit pero hay algunos en la UE que están de forma abierta a favor de la escisión de Grecia», aseguró apuntando a los eurófobos.

«Mi experiencia vital dice que las respuestas simples suelen ser las equivocadas. Europa es la lucha continua para encontrar soluciones», apuntó Juncker, quien también defendió el papel «político» adquirido por el presidente del Parlamento Europeo. «El Parlamento no es un tigre de papel. Debe poder pronunciarse sobre las cuestiones que afectan a los ciudadanos. Doy las gracias a su presidente por intervenir, aunque no siempre cuente con un mandato. Yo tampoco lo tengo siempre», afirmó Juncker.

Schulz, en la diana de las críticas

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, también está en el punto de mira por sus salidas de tono en los días previos al referendo, cuando trató de inclinar el voto hacia el sí, incluso pidiendo la formación de un Gobierno de técnicos. Su credibilidad al frente de la institución se ha deteriorado. «El Grexit no puede ser nuestro objetivo», pidió ayer desde Estrasburgo. Su retórica es mucho más amable ahora que su figura ha sido puesta en entredicho y que las críticas emergen dentro de la familia socialdemócrata. «Estamos en una situación difícil pero espero que haya un compromiso ceptable para todo el mundo», admitió antes de antes de defender su oposición a la celebración de la consulta popular. «Si hay un referendo en otros países poniendo en cuestión el compromiso con Grecia, ¿qué ocurriría?», se preguntó.