La alta amenaza terrorista marca los diez años del 7J en Londres

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El Reino Unido conmemora el aniversario en estado de máxima alerta

08 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez años después de los atentados de Londres del 7J, en el Reino Unido «la amenaza del terrorismo sigue siendo tan real como mortal», recordó ayer David Cameron antes de depositar, junto al alcalde Boris Johnson, una corona de flores ante el monumento a las víctimas en Hyde Park. El primer ministro subrayó que el asesinato de 30 turistas británicos inocentes en Túnez «es un recuerdo brutal de este hecho, pero nunca nos acobardaremos». La conmemoración coge al país en nivel de máxima alerta terrorista, el segundo más alto de una escala de cinco y que indica que hay «alta probabilidad» de atentados.

Todo el Reino Unido guardó un minuto de silencio a la hora en la que estalló el 7 de julio del 2015 la primera de las cuatro bombas detonadas por suicidas británicos vinculados a Al Qaida en tres trenes del metro y en un autobús de Londres, para recordar a las 52 fallecidos y los más de 700 heridos. En el acto en la estación de metro de King?s Cross, recordó lo sucedido el conductor de metro Mark, quien ayudó a las víctimas de las explosiones a manos de un suicida. «Me está resultando duro, no quiero volverlo a ver aquello. Fue horroroso», explicó.

Muchos todavía no pueden olvidar el fatídico caso de la editora de fotografía Miriam Hyman, de 31 años, quien tras sobrevivir a una primera explosionen el metro, falleció en la cuarta detonación suicida contra el bus de la línea número 30 en la plaza de Tavistock. Sus familiares crearon una organización benéfica en su memoria, que practica una media de mil cirugías oculares al año y 10.000 consultas a niños en Odisha, uno de los estados más necesitados de la India.

Para el alcalde Johnson, los autores de los atentados «no cambiaron ni un ápice la esencia de Londres, y eso es lo que hace a esta ciudad grande». Pero Londres ha cambiado en pro de minimizar los riesgos de nuevos atentados. El énfasis se ha puesto no solo en la lucha contra la radicalización, sino también en mejorar la eficacia de los servicios de emergencia, que fueron criticados por sus retrasos en el 2005. La semana pasada, más de 1.000 policías participaron durante dos días en el mayor simulacro antiterrorista en las calles de Londres. Además, Scotland Yard apuesta por doblar el número de agentes para proteger a los británicos de vacaciones o trabajando en el extranjero, después de sufrir hace diez días en Túnez su peor atentado desde el 7J.