«La gente no quiere el dracma porque entonces su dinero tendría el valor del rublo»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

03 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un grupo de simpatizantes de Syriza hace discretamente campaña en Argos, en el Peloponeso. Defienden el no en el referendo para terminar con cinco años de austeridad y crisis, pero para los partidarios del sí la verdadera pregunta es diferente: euro o dracma. «Va a ganar el sí porque la gente tiene miedo. La gente quiere el euro y no el dracma, porque entonces su dinero tendría el valor del rublo. Por eso quiero el sí», cuenta a la AFP una pensionista, Magdalini, en la puerta de un supermercado.

«Personalmente voy a votar no, porque esta consulta no va a determinar si seguimos en Europa», contesta Litsa, una joven profesora desempleada simpatizante de Syriza.

Situada a 130 kilómetros al suroeste de Atenas, la localidad de Argos, con unos 20.000 habitantes y rodeada de olivares y campos de naranjos, es una de las muchas ciudades medianas del país que pesarán en el resultado del domingo. Las opiniones de sus habitantes reflejan el debate que divide a los griegos desde que Tsipras anunció el referendo.

¿Con Venezuela?

Si el país saliera del euro, «perderemos nuestros empleos, perderemos todo, la situación es realmente crítica», sostiene una empleada de una tienda de bisutería, precisando que desde el sábado «no entra nadie» en su local y que si las cosas van muy mal está dispuesta a emigrar a Canadá, donde tiene familia. «El sí es sinónimo de futuro, estamos hablando de nuestro espacio geográfico. Europa es nuestra patria. ¿Con quién vamos a irnos si salimos de Europa? ¿Con Venezuela, con los antiguos países comunistas?», se pregunta Costas Golemis, otro jubilado y expropietario de una empresa de mármol.

Del lado de Syriza, la respuesta no es menos firme: la idea de que el referendo es sobre la permanencia en el euro es «inaceptable», «un chantaje», en palabras de Dimitris Kodelas, diputado de Syriza. «La pregunta planteada por el Gobierno está clara: ver si aceptamos o no el acuerdo del Eurogrupo». «A Europa solo le interesa el dinero y no la productividad. Quieren empobrecer el Sur. Los jóvenes estudian aquí y luego se van a trabajar a Alemania. ¡Queremos una Europa democrática, no una Europa que nos aplaste!», clama, junto al diputado, Costas Deligiannis, otro simpatizante de Syriza, en torno a un puesto con pasquines favorables al no.