El Gobierno tunecino: «El atacante podría haber sido detenido antes»

redacción / la voz

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Responsabiliza a la seguridad del hotel por no avisar de inmediato a la policía

29 jun 2015 . Actualizado a las 17:15 h.

El Gobierno de Túnez acusó ayer de una forma velada al servicio de seguridad del hotel Imperial Marhaba, de la cadena española Riu, del elevado número de muertos en el atentado cometido el viernes cerca de la turística localidad de Susa, donde perecieron 39 personas. El ministro del Interior, Mohamed Nayem Gharsalli, aseguró en una entrevista en la radio Mosaique FM que el servicio de seguridad del hotel no informó de inmediato a la policía cuando el atacante comenzó a disparar indiscriminadamente en la playa del hotel. Una mejor coordinación de las fuerzas de seguridad podría haber abatido antes al agresor, agregó. Y es que el atacante, Seifeddine Rezgui, estuvo durante casi una hora disparando a todo aquel que vestía de turista antes de ser abatido.

Desde el complejo hotelero aseguraron que los guardias turísticos no están armados. Ayer el Gobierno anunció que a partir del 1 de julio sí lo estarán.

En el país continúa la identificación de las víctimas. Las autoridades tunecinas hablan de ocho británicos, un alemán y una belga. Sin embargo, el Gobierno británico estima que son al menos 15 los muertos de ese país, y según la emisora irlandesa RTE, habría tres de esa nacionalidad. La ministra de Interior británica, Theresa May, admitió ayer las dificultades para identificar a las víctimas porque muchas estaban en la playa y no tenían con ellas el pasaporte u otro documento. Aclaró que no hay pruebas que indiquen que el terrorista eligió la zona de Susa porque es un destino muy frecuentado por británicos.

Salida de turistas

May presidió ayer una tercera reunión del comité de emergencia Cobra, formado por los principales ministros del Gobierno y los servicios de seguridad, y anunció que Londres envió un equipo de expertos para evaluar las medidas de seguridad adoptadas en los complejos turísticos. Desde Exteriores se advirtió de la posibilidad de más ataques, y se pidió mantener la vigilancia. Mientras tanto, muchos turistas continúan abandonando Túnez. Al menos 1.000 británicos ya salieron del país. Por su parte, el presidente de Túnez, Beyi Caid Essebsi, pidió ayer al Gobierno que adopte las medidas excepcionales que considere oportunas para luchar contra el terrorismo, tras presidir una reunión del gabinete de crisis.