Las milicias kurdas se acercan a la «capital» siria del califato

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Los yihadistas destruyen con explosivos dos mausoleos cerca de Palmira

24 jun 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

Los combatientes kurdos se han convertido en la fuerza más eficaz y letal contra el Estado Islámico (EI) en Siria. Desde la toma de Kobani en enero, el avance de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) ha sido imparable, logrando hacer retroceder los yihadistas del califa Abu Bakr al Bagdadi de las zonas que ocupan en el norte. Su última conquista, Ain Isa, los sitúa a tan solo 50 kilómetros de Raqa, la capital del califato en Siria.

La toma de Ain Isa se produce justo una semana después de la reconquista de Tal Abyad, que ha supuesto para los yihadistas la pérdida de su principal ruta de suministros de armas y combatientes a cambio de petróleo de contrabando a través de la frontera de Turquía. Los combates en Tal Abyad provocaron el éxodo de más de 18.000 civiles a la frontera turca, que poco a poco han comenzado a regresar a sus casas.

Además de Ain Isa, los kurdos se hicieron ayer con el control de una base militar situada a 56 kilómetros de Raqa que los yihadistas habían arrebatado al Ejército de Bachar al Asad en julio del 2014, según las fuentes sobre el terreno del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Tanto Ain Isa como la base están situados en una ruta estratégica porque permite tanto a kurdos como a yihadistas acceder a los territorios que controlan en la provincia de Alepo y Hasake, situadas al oeste y al este de Raqa. El califato solo controla ahora el paso fronterizo turco de Jarablus. A diferencia de Irak, donde Baaz, el partido de Sadam Huseín, es la columna vertebral del EI, en Siria los yihadistas dependen del reclutamiento de extranjeros y del acceso a Turquía.

Raqa aún no es el objetivo

El portavoz de las YPG, Redur Khalil, aseguró a AFP que la capital del califato no es su objetivo a corto plazo. «Raqa está lejos y está bien defendida. Tomarla necesita más fuerzas y armas», aseguró. En su avance, esta milicia izquierdista está respaldada por opositores sirios y por los bombardeos aéreos de la coalición internacional. Estados Unidos tiene muy buena relación con las YPG, a cuyas filas se han unido árabes, cristianos y brigadistas extranjeros. Sus muchas mujeres combatientes son muy temidas por los yihadistas, ya que creen que morir a sus manos le cierra el paraíso. Las kurdas son «probablemente las fuerzas más eficaces contra el Estado Islámico en Siria, están bien organizadas, son disciplinadas y entusiastas con su causa», explicó a AFP el analista Sirwan Kajjo.

Más al sur, en la milenaria ciudad de Palmira, conquistada en mayo, el Estado Islámico ha comenzado a destruir restos históricos. En los últimos días ha hecho volar por los aires dos antiguos mausoleos islámicos ubicados fuera de las ruinas grecorromanas por las que Palmira es famosa y que no pertenecen al sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdel Karim, confirmó a Efe que «la parte arqueológica de Palmira está intacta, aunque el EI colocó allí explosivos en los últimos días».

El mausoleo de Mohamad Ben Alí, un descendiente de la familia del primo del profeta Alí Ben Abi Taleb, fue destruido hace tres días, indicó a la AFP el director de Antigüedades. Está situado en una zona montañosa, a cuatro kilómetros de la ciudad. También hizo estallar un mausoleo en Chkaf de más de 500 años de antigüedad conocido como Nizar Abu Baha Edin, un religioso de Palmira.

En total, los yihadistas han destruido más de 50 mausoleos de entre 100 y 200 años de antigüedad en las regiones que controlan desde hace un año en Siria.