Bruselas lanza la operación militar naval contra las mafias migratorias

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

OGNEN TEOFILOVSKI | REUTERS

España aportará un avión en esta primera fase limitada a vigilancia

23 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Unión Europea lanzó ayer la misión naval contra las mafias migratorias que había acordado tras la mayor tragedia humana en aguas del Mediterráneo, ocurrida el pasado 19 de abril. Se trata de una primera fase que está limitada a vigilancia en alta mar y recogida de inteligencia sobre las redes traficantes, en espera de que el Consejo de Seguridad de la ONU y Libia autorice más adelante la destrucción de barcos y bases utilizados por las mafias en ese país del norte de África.

Esta primera fase de la misión naval, bautizada como EUNavfor Med, incluirá el despliegue de cinco buques de guerra, dos submarinos, tres aviones de patrulla marítima, dos drones y tres helicópteros, según detallaron fuentes comunitarias a Efe. España aportará un avión de vigilancia marítima. También contribuirán Italia, el Reino Unido, Eslovenia, Alemania, Grecia, Francia, Luxemburgo, Bélgica, Finlandia, Hungría, Lituania, Holanda y Suecia.

«El objetivo no son los inmigrantes, son los que se lucran con sus vidas y en ocasiones también con su muerte», dijo a la prensa reunida en Bruselas la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini. Se cumple así lo acordado por los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la UE el 18 de junio de establecer una operación naval militar para contribuir a desmantelar las redes de tráfico de personas en el Mediterráneo.

Al mando de un italiano

La operación, dirigida por el contraalmirante italiano Enrico Credendino, contará con un presupuesto de 11,82 millones de euros para los primeros dos meses de fase de inicio y el mandato de un año. Tendrá su cuartel general en Roma y el portaviones italiano Cavour actuará como «plataforma» del estado mayor de la misión, así como hospital para atender a personas rescatadas en alta mar.

En los próximos días comenzarán ya a moverse barcos y aviones y aproximadamente dentro de un mes podría alcanzar su capacidad operacional total, con unos mil efectivos. Antes de avanzar a la fase dos y tres de la operación, Mogherini señaló que los Veintiocho deberán evaluar la situación de la primera y dar su visto bueno para avanzar a las siguientes, algo que además necesitará contar con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU.

Histórica oleada de refugiados a Alemania

Alemania se enfrenta este año a la mayor avalancha de refugiados desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando 14 millones de desplazados de origen germano se vieron obligados a abandonar sus regiones en el este de Europa para iniciar una nueva vida en la parte occidental del dividido país. Calculan que en el 2015 se presentarán más de 450.000 solicitudes de asilo político. La cifra duplica con creces la registrada en el 2014, cuando más de 220.000 personas pidieron acceder a la condición de refugiados. Una cantidad que España no alcanza ni sumando las solicitudes recibidas en los últimos 30 años.

Eurostat informó de que casi la mitad de los refugiados que llega a Europa presenta su solicitud de acogida en Alemania. El análisis para el primer trimestre de este año revela que las peticiones de asilo en suelo germano aumentaron un 32 %, mientras en otros países como Suecia o Italia se produjeron retrocesos del 41 % y el 28 %, respectivamente.

Ante una situación que amenaza con desbordar al país, el presidente, Joachim Gauck, hizo el fin de semana un llamamiento a la población para recibir con los brazos abiertos a quienes llegan huyendo de la guerra y la miseria. «Hace 70 años una Alemania pobre y destruida pudo integrar a millones de refugiados. ¿Por qué una Alemania de éxitos económicos y estabilidad política no va a ser capaz de reconocer en los retos actuales las oportunidades de mañana?», se preguntaba.

¿Cuánto cuesta un refugiado?

Pero, ¿cuánto cuesta un refugiado? Según cálculos realizados por los 16 estados federados alemanes y sus municipios, cada persona conlleva un coste anual mínimo de 12.500 euros. Acoger a los 450.000 que se esperan este año supondrá por ello un gasto de no menos de 5.600 millones de euros. Aunque el dinero no es el mayor problema en un país que marcha económicamente bien frente a otros socios europeos.

Más complicado es conseguir un techo para tantas cabezas. Muchos municipios son alertados con escasos días de antelación de la llegada de refugiados. A marchas forzadas se acondicionan viejas escuelas, cuarteles abandonados o pabellones deportivos para albergar a los solicitantes de asilo hasta que se van repartiendo en viviendas de protección pública. Muchos pasan meses e incluso años en centros de acogida. Y la respuesta social no siempre es positiva. Una gran parte de los alemanes rechaza tener cerca un albergue para refugiados. Algunos han sido incendiados, como en Tröglitz, en Sajonia-Anhalt. Movimientos como Pegida contribuyen a calentar el ambiente, si bien es cierto que las contramanifestaciones solidarias suelen ser más numerosas

Pese a todo, la mayoría de las solicitudes son rechazados. Cuotas de aceptación superiores al 90 % alcanzan solo a procedentes de países sumidos en el caos como Siria, Somalia o Eritrea o minorías étnicas amenazadas como los yazidíes en Irak.