Hollande y Renzi pulen aristas, pero no consiguen zanjar la crisis migratoria

MARÍA SIGNO ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

LUCA ZENNARO | Efe

La falta de pateras en Libia provoca un parón en el tráfico en el canal de Sicilia

22 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras una semana de tira y afloja, el encuentro de ayer en la Expo de Milán entre el presidente francés, Françoise Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, sirvió para acercar posiciones en la crisis que retiene a cientos de inmigrantes en la frontera de Ventimiglia. De todas formas, la solución queda aún lejos y en manos de la cumbre de ministros de la UE de los próximos 25 y 26 de junio.

Renzi aseguró que Francia e Italia están preparadas para «trabajar juntas basándose en la solidaridad y la responsabilidad», insistió en que «hay que encontrar soluciones técnicas, porque es un problema de Europa y tenemos que resolverlo todos juntos», y volvió a evocar el plan B, es decir, la «posibilidad de organizarnos solos». Por su parte, Hollande reconoció que el peso de la emigración no puede caer sobre Italia «solo porque está en el sur de Europa» y puntualizó que en la crisis de Ventimiglia «no ha habido tensión entre los dos países: solo hemos querido aplicar las reglas de Dublín II, que «no cambian ante cada amenaza». Respecto al sistema de cuotas que pretende aplicar la UE, Hollande fue crítico: «Cada país debe decir cuánto puede hacer, teniendo en cuenta su situación geográfica, económica y política» y, por ello, «hay que buscar otra fórmula», sobre todo para los emigrantes por motivos económicos a los que «habrá que repatriar».

La cumbre del 25 y el 26 estará precedida hoy por una reunión del Consejo de Asuntos Exteriores en la que participará el secretario de la ONU, Ban Ki-moon, y que tratará el problema de la inmigración.

Mientras en la frontera de Ventimiglia unas 170 personas esperan en la escollera poder pasar a Francia, sorprende el cese del tráfico de inmigrantes en el canal de Sicilia. La causa estaría en la política de la Marina italiana de secuestrar o destruir las pateras, lo que habría provocado en Libia una escasez de medios de transporte a disposición de las mafias que trafican con seres humanos.

El papa denuncia las mafias, la corrupción y la economía del «usar y tirar»

No se mordió la lengua el papa Francisco durante su visita ayer a Turín, en la que arremetió contra la mafia, la corrupción y la economía del «usar y tirar». En la ciudad de la Fiat, que ha sufrido con fuerza la crisis económica, Francisco no olvidó ni el mundo laboral ni el problema de los inmigrantes. Tras hacer un llamamiento a «la sociedad entera para que el trabajo sea para todos», el papa invitó a no culpabilizar a los inmigrantes de la falta de trabajo «porque ellos son víctimas de la inequidad, de esta economía que descarta, y de las guerras. (...) Hace llorar contemplar el espectáculo de estos días en el que vemos a seres humanos tratados como mercancías», denunció el pontífice. Sobre la corrupción, afirmó que «estamos llamados a decir que no» e hizo un llamamiento a reaccionar contra ella «con hechos» y no solo con palabras: «No a las asociaciones mafiosas, a las estafas, a las mordidas», sentenció.