Estados Unidos y Venezuela intentan abrir una vía de diálogo para rebajar la tensión
INTERNACIONAL
Medios y analistas venezolanos especulaban sobre si comenzaba una nueva etapa de relaciones con EE.UU. después de que el fin de semana Thomas Shannon, consejero del Departamento de Estado norteamericano se reuniera con Diosdado Cabello, presidente del Parlamento de Venezuela, y con la canciller, Delcy Rodríguez.
Sobre el encuentro, por mediación del presidente de Haití, Michel Martelly, en Puerto Príncipe (a propósito del nuevo aeropuerto que construyen en cooperación Venezuela, EE.UU. y Brasil), Nicolás Maduro señaló que tenía como objetivo «canalizar la regularización de las relaciones con Barack Obama», y que hacía un año había designado a Cabello jefe de una delegación diplomática especial para atender los asuntos con el vecino del norte. Sin embargo, el encuentro de Shannon con Cabello, que está investigado por narcotráfico en Estados Unidos, no cayó tan bien en el estamento político de ese país. Marco Rubio, senador republicano por Florida, calificó de «inverosímil» la reunión, dando voz a la posición más crítica en contra del chavismo en ese país, que también componen la congresista por Miami Ileana Ros-Lethinen y el exsubsecretario de Estado Roger Noriega.
Los analistas especulaban que el encuentro se debía a la mediación de Dilma Rousseff: Cabello había estado la semana pasada también en Brasil y se reunió con Lula Da Silva. Aparentemente, la mandataria tiene un rol informal como mediadora entre Obama y Maduro, y a final de este mes se reunirá con el primero. El objetivo de Washington, se afirmaba, es canjear la distensión por la liberación de los 80 presos políticos, empezando por Leopoldo López, que ayer cumplió 24 días en huelga de hambre.
Desde Bruselas se informó de que a mediados de julio una misión del Parlamento Europeo viajará a Venezuela para conocer la situación de los derechos humanos en ese país y reunirse con autoridades y miembros de la sociedad civil.