La troika planta a Grecia y deja al país al borde de la quiebra

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

JULIEN WARNAND

Atenas rechaza un esfuerzo fiscal extra de 2.000 millones

15 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La quiebra llama de nuevo a las puertas de Grecia. Ni las palabras de buena voluntad del primer ministro griego, Alexis Tsipras, ni el nuevo paquete de medidas presentado por Atenas este fin de semana ante la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) han saciado el hambre de las instituciones que ayer dieron un portazo a las negociaciones. La ruptura se produjo solo 45 minutos después de reanudar el diálogo con la delegación griega comandada por el viceprimer ministro heleno, Yannis Dragasakis, el vicecanciller Euclides Tsakalotos y el ministro de Estado, Nikos Pappas.

Las diferencias entre los acreedores y el Gobierno de Syriza parecen irreconciliables. Son incapaces de acercar posturas para cerrar un acuerdo del que depende el desembolso de los últimos 7.200 millones de euros del rescate heleno. Sin esos fondos, Atenas no podrá hacer frente a los pagos al FMI a finales de mes. La factura asciende a 1.600 millones de euros.

Medidas irracionales

El Gobierno griego acusa a las instituciones de imponer medidas «irracionales» y desproporcionadas. Ayer le exigieron emprender un esfuerzo fiscal extra de 2.000 millones de euros anuales y aunque el equipo de Tsipras planteó una hoja de ruta para cumplir esos objetivos, el FMI se negó en rotundo al no incluir recortes en las pensiones de hasta el 1 % del PIB y una subida generalizada del IVA, según explicó al término de la reunión Dragasakis. El viceprimer ministro aseguró que las propuestas helenas «abrían el camino a un acuerdo definitivo» pero fueron rechazadas por el organismo dirigido por Christine Lagarde, el brazo más duro de la troika.

El FMI no da tregua. Grecia que deberá elegir entre la capitulación o emprender el camino en solitario hacia la quiebra. El presidente de la Comisión Europea y mediador en las negociaciones, Jean Claude Juncker, todavía es optimista y cree, según sus portavoces, que Atenas cerrará a tiempo esta crisis. Las miradas están puestas en el Eurogrupo del próximo jueves en Luxemburgo. La cita es crucial.

Los ministros de Finanzas del euro deben salir de la reunión con un acuerdo para que algunos parlamentos nacionales lo sometan a votación. Si hay fumata blanca, Grecia tendrá que poner en marcha las reformas de manera exprés para empezar a desembolsar las ayudas. El tiempo corre en contra de Atenas a medida que crece la incertidumbre sobre el desenlace de esta tragedia.