¿Qué frena a Grecia para lograr un acuerdo con sus acreedores?

Hubert Kahl ATENAS, BRUSELAS / DPA

INTERNACIONAL

ALKIS KONSTANTINIDIS | REUTERS

Tsipras anunció en varias ocasiones que la solución de la crisis estaba cerca, pero sigue sin ceder en sus líneas rojas

01 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno de Grecia asegura que las negociaciones para acabar con el drama de su deuda pública están a punto de llegar a su fin, pero sus acreedores internacionales no comparten semejante optimismo. Desde su perspectiva, aún queda camino por recorrer en las conversaciones y, mientras la quiebra está cada vez más cerca del Partenón, Atenas aún debe lidiar con los siguientes aspectos:

Salarios y pensiones

El Ejecutivo se opone de manera tajante a reducir una vez más los salarios y las pensiones en el sector público. Es una línea roja que el primer ministro Alexis Tsipras no está dispuesto a cruzar.

Metas presupuestarias

Grecia apuntaba en un primer momento a lograr un «superávit primario» (sin intereses de la deuda pública) del 3 % del producto interior bruto para este año, pero, según el periódico Kathimerini, para el 2015 se está hablando de un superávit inferior al 1 %. El Gobierno propone reducir las metas propuestas para los próximos ejercicios. En el 2016 se pautaría a un superávit primario de entre el 1,5 y el 2 %, mientras que para el 2017 se apuntaría a un 3,5 %. La Comisión Europea estaría de acuerdo con este lineamiento, pero el Fondo Monetario Internacional exige más.

Impuesto sobre el valor añadido (IVA)

Para lograr las metas presupuestarias, Grecia debería avanzar en sus ajustes o aumentar la recaudación. Este año debería lograr reunir unos 2.000 millones de euros, según diversos medios. El Gobierno está dispuesto a reformar las disposiciones referidas al impuesto sobre el valor añadido y se propone aprobar una regulación en tres pasos, con cargas de un 7, un 14 y un 22 %, pero los acreedores sugieren aplicar un aumento del impuesto en dos pasos: del 10 y del 23 %.

Mercado laboral

Los acreedores internacionales exigen que Grecia lleve adelante una reforma cabal de su mercado laboral que flexibilice las tarifas y los salarios. En este punto, las diferencias entre las partes siguen siendo muy significativas.

Jubilación

Grecia está dispuesta a llevar adelante una reforma del sistema de jubilaciones que podría incluir una fusión de las diversas entidades locales. No obstante, el Gobierno ha dejado en claro que la eventual reforma no debe derivar en recortes.

Si bien el país se ha adaptado a determinadas limitaciones en el caso de las pagas extra, rechaza en este sector el requerimiento de los acreedores de que el sistema de pensiones se autofinancie a largo plazo y no presente ningún déficit.

Incentivos a largo plazo

Grecia quiere contar con un programa que promueva a largo plazo el crecimiento económico del país, por lo que pretende pactar reducciones de deuda y un paquete de medidas de desarrollo.

Diferencias internas

El Gobierno griego ha criticado que los acreedores no tengan una postura común en las negociaciones. El FMI, asegura, sigue una línea mucho más dura y más frontalmente enfrentada que la Comisión Europea o el Banco Central Europeo. «Si no fuese necesario contar con la aprobación del FMI, se habría logrado un acuerdo hace tiempo», aseguran en círculos gubernamentales de Atenas.

Pero en el seno del Ejecutivo también existen diferencias. Tsipras debe afrontar la intransigencia de su propia agrupación política, Syriza, que no se muestra dispuesta a ceder ante los acreedores internacionales e incluso juega con la idea de cancelar el pago de la deuda y abandonar el Eurogrupo.