Países de la UE cuestionan el papel de Juncker con Grecia

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Denuncian que ha dado esperanzas a Atenas de evitar las reformas que le exige la troika si apura las negociaciones

30 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se encuentra en el blanco de tiro de varios socios de la eurozona que consideran que su actitud mediadora en favor del primer ministro griego, Alexis Tsipras, da esperanzas a Atenas de evitar las reformas que le exige la troika si apura las negociaciones al máximo. Según Colpisa, los países que habrían mostrado su malestar con Juncker son Alemania, Finlandia, Países Bajos, Austria, Letonia, Estonia, Lituania y Eslovaquia. A su juicio, tanto el luxemburgués como el comisario de Asuntos Económicos, el francés Pierre Moscovici, muestran un excesivo intervencionismo en el proceso cuando en realidad los que deben poner el dinero son los contribuyentes del bloque.

Juncker conoce las quejas y en más de una ocasión ha tenido que recalcar que el terreno de juego donde se disputa el partido es el Eurogrupo, no la Comisión. Pero no es menos cierto que ha decidido involucrarse a fondo en las negociaciones. «Estoy abiertamente a favor de los griegos, pero a veces están haciendo la vida de sus amigos muy difícil», confesó esta semana. Preguntado ayer sobre la posibilidad de que se produzca un acuerdo inminente, dijo mostrarse convencido de que se producirá «en los próximos días o semanas».

EE. UU. no comparte este optimismo. Los tintes dramáticos que ha tomado la crisis acabó con la paciencia del secretario de Finanzas, Jack Lew, quien se vio obligado a intervenir ayer al término de la reunión del G-7 en Dresde para pedir a las partes que cierren de forma inmediata un acuerdo para así evitar un accidente que podría desembocar en un terremoto financiero de dimensiones globales.

Las declaraciones cruzadas de unos y otros han convertido las negociaciones en un gallinero. Mientras el Gobierno griego, con Tsipras y su ministro Varufakis a la cabeza, insisten en que el acuerdo político con los acreedores es cuestión de días, el FMI y Berlín aseguran que hay trabajo por hacer. «Las noticias positivas procedentes de Atenas no reflejan el estado de las conversaciones», aseguró el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. Grecia espera dejar el trabajo hecho esta semana pero Varufakis apuntó ayer que disponen de tiempo hasta el 30 de junio, cuando expira el programa.