El nacionalismo escocés, dispuesto a romper la paz de David Cameron

Rita Álvarez Toledo LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Andy Buchanan | AFP

El primer ministro podría incluir al alcalde londinense en su nuevo Gobierno

10 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Partido Nacionalista Escocés (SNP) tardó 35 años en lograr su primer escaño en Westminster. Ahora que ha conseguido 56 asientos no puede ser ni «marginado ni ignorado», advirtió ayer su líder, Nicola Sturgeon, al reunir a los diputados escoceses electos en el emblemático puente de Forth Rail, en Edimburgo. «¡La voz de Escocia se oirá más alto que nunca!», prometió ante el fervor de los congregados en su particular día de la victoria.

Sturgeon advirtió que el primer ministro conservador David Cameron con su mayoría absoluta puede ignorar a los nacionalistas escoceses, pero lo hará «bajo su cuenta y riesgo». Apuntó a que «no puede seguir todo como siempre en lo que respecta a la relación con Escocia», aunque evitó mencionar la posibilidad de convocar un nuevo referendo. Lo que si dejó claro es que la primera prioridad del SNP es terminar con la austeridad y el recorte de los impuestos.

David Cameron dedicó la jornada de ayer a cerrar la composición de su nuevo Gobierno, después de confirmar el viernes a los ministros de su núcleo duro. Los nombramientos se esperan para mañana, con la posible inclusión del alcalde de Londres, Boris Johnson, al que muchos ven como el sucesor de Cameron al frente de los conservadores. El líder tory tendrá que cubrir los cargos que dejan los liberaldemócratas, entre ellos el jefe del Tesoro, Danny Alexander, y el ministro de Escocia, Alistair Carmichael.

En las filas laboristas, el otro gran perdedor de la jornada electoral junto con los libdem, buscan cómo regresar a los triunfales años de la época del Tony Blair. El exministro Alan Johnson criticó abiertamente la campaña de Ed Miliband, apeló a conectar con los votantes y a reivindicar la política de los años de Blair y Brown en lugar de renegar de ellos como cree que se ha hecho. «Es una tarea de diez años, una labor de futuro», dijo a la BBC. Mientras, ya ha surgido la primera figura que se postula para dirigir el partido: David Lammy, al que muchos llaman el Blair negro.

En el eurófobo UKIP, el único diputado que tendrá en Westminster, Douglas Carswell, descartó suceder al polémico Nigel Farage.