Sarkozy consigue ventaja dentro de la UMP para retar a Hollande en el 2017

Fernando Iturribarría PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

KENZO TRIBOUILLARD | AFP

Los rebeldes del sector crítico socialista reclamaron sin éxito una reorientación de la política económica con ribetes liberales a la que achacan el desastre

31 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la aplastante victoria del centroderecha en las elecciones departamentales, Nicolas Sarkozy cobra ventaja sobre sus rivales en el bando conservador para tomarse la revancha y retar al socialista François Hollande en las presidenciales de 2017. En el día después de un nuevo batacazo electoral de la izquierda gobernante, tercero consecutivo en un año, los rebeldes del sector crítico reclamaron sin éxito una reorientación de la política económica con ribetes liberales a la que achacan el desastre y en la que se ha reafirmado el primer ministro, Manuel Valls.

Según los resultados definitivos comunicados por el Ministerio del Interior, la alianza de la conservadora UMP y la centrista UDI arrebató a la izquierda 26 departamentos y controla 65 asambleas provinciales de las 102 existentes en el país, dos tercios del total. El campo progresista, que detentaba 61 provincias, se quedó con 35 al cosechar sus peores resultados en unos comicios locales desde 1992. En porcentajes, los conservadores totalizaron el 45,03% de los votos emitidos en la segunda vuelta frente al 32,12% de la izquierda y el 22,23% del ultraderechista Frente Nacional (FN).

Sus partidarios atribuyen al efecto Sarkozy la ola que ha desteñido el hasta ahora rosa mapa provincial. Pero sus rivales domésticos relativizan la influencia en la victoria del expresidente. Así, el ex primer ministro Alain Juppé atribuyó la victoria conservadora sobre todo a la derrota de la izquierda y al descontento popular por la gestión socialista.

El centroderecha recuperó de una tacada todos los territorios que había perdido desde las elecciones cantonales de 1998. Entre sus conquistas figuran bastiones históricos de la izquierda como el Norte, feudo de la exministra Martine Aubry; Sena Marítimo del titular de Asuntos Exteriores, Lauren Fabius; Essone, legado de Valls; Corrèze, que Hollande ganó en 2008 y mantuvo en 2011; Costas de Armor que el PS gobernaba desde 1976 o Delta del Ródano, socialista desde 1953.

El FN, que se había impuesto en 43 departamentos el 22 de marzo, fue incapaz de conquistar uno solo en la segunda ronda. A Marine Le Pen, que únicamente tenía un par de diputados provinciales, le cabe el consuelo de contar ahora con 62, muy pocos respecto a un total de 4.000 pero su mejor cosecha en unos comicios locales. El papel de árbitro que esperaban jugar los lepenistas el jueves en la elección de los presidentes provinciales se limitará a los cuatro departamentos en los que derecha e izquierda se encuentran en empate técnico: Vaucluse, Aisne, Gard y Tarn-Garona, sobre todo los dos primeros.

Los socialistas, por su parte, trataron de superar la dura resaca buscando un acercamiento inmediato a sus antiguos socios ecologistas, convencidos de que la división de la izquierda es uno de los motivos que aparece detrás de su debacle.