Un italiano secuestra y viola seis meses en su casa a una modelo sueca

Íñigo Domínguez ROMA / COLPISA

INTERNACIONAL

El agresor, que ya estuvo preso por un caso similar, se hizo pasar por un agente de moda

25 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La llamada de un vecino, ante los gritos desesperados de una joven, llevó a una patrulla de los Carabinieri de las afueras de Milán a descubrir un violento secuestro en un edificio de vecinos. Un hombre de 41 años, que fue arrestado, había mantenido encerrada más de seis meses en su casa de la localidad de Cinisello Balsamo a una modelo sueca de 22, a la que golpeó, amenazó y violó durante su cautiverio. Se habían conocido a través de Facebook porque él se hizo pasar por un agente del mundo de la moda que podía abrirle camino en Italia. Mantuvieron una relación y después de tres semanas empezó a prohibirle toda comunicación con el exterior y se volvió violento.

Su madre, cómplice

Hay dos detalles relevantes de esta historia. Uno, que el detenido ya había pasado cinco años en la cárcel por hacer lo mismo, en el 2008, con una modelo de Bielorrusia. En aquella ocasión el secuestro duró nueve horas, porque la chica, de 18 años, logró escaparse del garaje donde la había atado y encerrado tras violarla. El agresor había salido de prisión en el 2013 y al cabo de un año volvió a las andadas. El segundo matiz truculento es que en este caso su madre vivía con él en el mismo piso de 60 metros cuadrados y presumiblemente asistía a las escenas violentas.

Pese a los antecedentes del hombre, ha dicho a los agentes que no se ha dado cuenta de nada porque su hijo y la joven hablaban entre ellos en inglés. También su hermana vivía en el mismo edificio, pero asegura igualmente que no se ha percatado de nada.

Un futuro de pasarelas

El detenido, que habla inglés con fluidez, estableció contacto con la joven en julio del pasado año por iniciativa de él. Primero por las redes sociales y luego hablando por Skype. La modelo había sido finalista de miss Suecia el año anterior, también había participado en algún reality show de la televisión de su país y quería probar suerte en la moda.

Aquel presunto agente italiano de modos amables y tranquilizadores le prometió un futuro de pasarelas y publicidad y al final accedió a ir a verle a Milán en septiembre del 2014. Fue a buscarla al aeropuerto y tras pasearla por la ciudad y mostrarle los locales de moda, le ofreció una habitación en su casa. Surgió una relación entre ambos que, en principio, era «idílica», según el relato de la joven.

«Parecía la persona más dulce del mundo, quería casarse conmigo y tener hijos. Un día me dijo que lo mejor era que dejara de trabajar, y desde ese momento se transformó», declaró en comisaría. Empezó a abusar de ella, a pegarle puñetazos en la cara, patadas en el abdomen y a azotarla con un cinturón. No podía salir de casa y solo le dejó hablar alguna vez con sus padres por teléfono en inglés, para comprender lo que decía, y ante su presencia, para que no dijera nada. Solo le daba dos comidas al día. Cuando se la llevaron los policías estaba pálida y demacrada, una sombra de sus fotos de modelo que circulaban por Internet.