¡Viva Túnez, viva la cultura!

INTERNACIONAL

19 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

EL Museo del Bardo alberga una colección excepcional de vestigios romanos. Entre ellos está El triunfo de Neptuno del siglo II y considerado el mayor mosaico vertical del mundo. Los tunecinos siempre han estado orgullosos de este epicentro cultural que recibía en sus buenos tiempos 600.000 visitantes al año. También les gusta presumir de su revolución y de su transición. Cuando un periodista le preguntó a una joven tunecina por qué era el único país de la Primavera Árabe en el que había triunfado la democracia, ella respondió: «Porque somos el original, el resto son copias». El país árabe más laico siempre se ha vanagloriado de su progresismo. Los derechos de sus mujeres distan un abismo de los de sus vecinas marroquíes, egipcias, y ya no digamos saudíes o iraníes. Su transición a punto estuvo de descarrilar, con los islamistas en el poder, los salafistas atacando cines que no seguían los rigores del islam o terroristas asesinando a dos de sus políticos izquierdistas, Chokri Belaid y Mohamed Brahmi. Pero lograron reponerse. A la vez que la dirección del museo colgaba un tuit escrito con mayúsculas: «¡Viva Túnez, viva el Bardo, viva la cultura, el arte, la arqueología, el turismo!», miles de personas se manifestaban contra el terror en la céntrica avenida Burguiba. Túnez sigue dispuesto a seguir la senda de la democracia. El problema es la violencia que roza sus fronteras y algunas veces se cuela en su vida.