Objetivo: abortar la democracia en el país donde ganó la Primavera Árabe

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

INTERNACIONAL

ZOUBEIR SOUISSI | Reuters

Es la principal cantera de los grupos islamistas de Siria, Irak y Libia

19 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los terroristas pretenden abortar el frágil proceso democrático tunecino, un modelo que tiene muchos enemigos porque puede servir de ejemplo para otros países árabes.

¿Cuál es el objetivo de los terroristas?

Túnez fue la cuna de la Primavera Árabe y el único país en el que ha habido una transición democrática, a diferencia de Egipto, donde se ha instalado una dictadura militar; Siria, escenario de una devastadora guerra civil; o Libia, sumida en el caos. «El atentado tiene un objetivo claro, hacer descarrilar la transición democrática», señala Haizam Amirah Fernández, analista del Real Instituto Elcano. «Hay muchos interesados en abortar la única experiencia democrática que se está consolidando en el mundo árabe, que es fruto del consenso de las fuerzas políticas que compitieron en las elecciones y que ha alumbrado la Constitución más democrática de la historia de los países árabes», señala. Sergio Altuna, investigador especializado en movimientos yihadistas en el Magreb, que lleva cinco años residiendo en Túnez, coincide y añade que también buscan «polarizar a la sociedad utilizando el terror como herramienta para volver a poner sobre la mesa binomios peligrosos: tradición-modernidad, islam-laicismo, modernidad-tradición?» En su opinión, «es un atentado que busca visibilidad, impacto, aterrorizar, posiblemente castigar al pueblo tunecino por haber concurrido a las elecciones».

¿Que supone para el turismo y la economía?

El turismo es un sector muy importante en la economía tunecina, pues representa el 6 % del PIB y da empleo a 400.000 personas. El atentado supone un golpe muy fuerte para esta fuente de divisas. Como destaca Fernández, uno de los retos a los que se enfrenta Túnez es que la población vea los resultados de la democracia, cómo mejoran sus condiciones de vida. Si golpean el turismo, la economía se resiente.

¿Qué grupos yihadistas actúan en Túnez?

Hay un grupo que, según señala Altuna, está parapetado en las montañas del noroeste y del centro oeste del país, la Katiba Oqba Ibn Nefaa, que desde enero ha clarificado su alineación posicionándose como parte de Al Qaeda del Magreb Islámico. Por otro lado, antiguos militantes de Ansar Sharia, organización que ocultaba tras actividades caritativas y de proselitismo religioso una agenda terrorista, han ido paulatinamente adoptando posicionamientos muy cercanos al Daesh o Estado Islámico. Existe pues la posibilidad de que haya células del Estado Islámico preparadas para llevar a cabo ataques terroristas por lo que, hasta que ningún grupo clame autoría por los ataques del Museo Nacional del Bardo, nada puede descartarse. Además, es necesario recordar que Túnez es el primer exportador de yihadistas a tierras de conflicto; unos 3.000 tunecinos se han sumado al EI en Irak y Siria, a los que habría que añadir los que combaten en Libia, convertida, en su actual situación de Estado fallido y el mayor factor de inestabilidad en la región.

¿Puede haber una guerra civil o un golpe militar?

Los analistas lo descartan. «Me parece imposible ahora mismo», señala Altuna, que destaca que Túnez tiene instituciones que funcionan, una oposición islamista, el partido Ennahda, que aceptó su derrota en las elecciones de octubre y se ha integrado en el sistema y el Ejército desempeña un papel mucho menos importante que en Egipto. Aunque admite que la situación puede cambiar, ya que está rodeado de países como Libia y Argelia. Para Fernández, «la sociedad tunecina ha dado ejemplo votando libremente, construyendo consensos, que es la diferencia con el resto de países árabes». Y advierte de que si fracasa la transición tunecina lo será también de la UE «por no haber sabido apoyar y proteger a la única democracia en su flanco sur».

Los tunecinos cierran filas para impedir el avance del terror

Cientos de tunecinos se concentraron anoche en el centro de la capital de Túnez para condenar el terrorismo, mientras el Parlamento celebraba una sesión nocturna. «Quiero que el pueblo tunecino entienda que estamos en guerra contra el terrorismo y que estas minorías salvajes no nos asustan», dijo el presidente del país, el veterano politico laico Beyi Caid Essebsi.

Poco antes, Habib Essid, jefe del Gobierno que cierra la transición tras desbancar en las urnas a los islamistas de Ennahda, condenó el «cobarde atentado» y prometió trabajar «sin descanso» contra el terrorismo. Essid apeló a la «unidad» para hacer frente a una amenaza y dijo que es «responsabilidad de todos los tunecinos». Se trata de un «trabajo colectivo» al que instó a sumarse a «todos los partidos» y a la «sociedad civil».

El presidente Essebsi condenó el ataque en una visita al lugar de los hechos. «Túnez debe movilizarse contra esta plaga. Debemos expulsarla definitivamente del mapa», proclamó. Lamentó lo que considera «una gran catástrofe» para el país, aunque advirtió que el atentado es un ejemplo de lo «desesperados» que están los terroristas.

Repunte de la violencia

Túnez registra desde la revolución del 2011 el auge de un movimiento yihadista armado auspiciado por la violencia en Libia y en todo el Sahel. En las últimas semanas ha sido escenario de un repunte de la actividad islamista en la región de Kasserine. Las fuerzas armadas han detenido a decenas de supuestos terroristas y expresado el temor a un atentado que destruya el turismo.