El Likud de Netanyahu gana las elecciones israelíes con un claro margen de diferencia

Efe ELÍAS L. BENARROCH

INTERNACIONAL

AMIR COHEN | REUTERS

Netanyahu seguirá al frente del gobierno israelí por tercera vez consecutiva y cuarta en su carrera política si consigue pactar 

18 mar 2015 . Actualizado a las 07:33 h.

El partido nacionalista Likud, que preside el primer ministro Benjamín Netanyahu, ganó las elecciones celebradas ayer martes en Israel, por un claro margen de diferencia sobre la coalición de centro izquierda Campo Sionista, que encabeza el laborista Isaac Herzog.

Según los resultados oficiales difundidos esta madrugada por la Comisión Electoral, al terminar el escrutinio de casi el 100% de los votos emitidos, el Likud obtiene 29 escaños, y el Campo Sionista 24, resultado que revalidará a Netanyahu al frente del gobierno israelí por tercera vez consecutiva y cuarta en su carrera política.

Estos son los resultados al terminar el escrutinio, pendientes aún de los votos de militares y diplomáticos que pueden producir, en el mejor de los casos, reajustes muy puntuales de hasta un escaño:

1.- Likud (derecha nacionalista): 29 escaños

2.- Campo Sionista (centroizquierda): 24 escaños

3.- Lista Común (minoría árabe): 14 escaños

4.- Yesh Atid (centro): 11 escaños

5.- Kulanu (centro-derecha): 10 escaños

6.- Hogar Judío (ultranacionalistas): 8 escaños

7.- Shas (ortodoxo sefardí): 7 escaños

8.- Judaísmo Unido de la Torá (ortodoxo askenazí): 6 escaños

9.- Israel Beitenu (ultranacionalista): 6 escaños

10.- Méretz (socialdemócrata pacifista): 5 escaños

La segunda formación ultraortodoxa sefardí Yahad, escindida del Shas el año pasado bajo el mando del ex ministro Eli Yishai, se ha quedado a las puertas de la barrera del 3,25% de los votos que da acceso al Parlamento, lo que supone un duro golpe para esta comunidad que pierde con ello cinco escaños con respecto a la anterior legislatura.

Dada la gran fragmentación del Parlamento o Knéset, que consta de 120 escaños, para formar gobierno se requiere el apoyo de al menos 61 diputados.

Anoche, cuando los sondeos a pie de urna hablaban de un empate técnico, el primer ministro enumeró que convocará a su ejecutivo a todos los partidos de la derecha y a los ultraortodoxos, con los que alcanzará una mayoría estable de 67 escaños. 

Las encuestas, hechas añicos

Benjamín Netanyahu ha hecho añicos todos los sondeos de los últimos meses y con su conocido toque de «mago» ha conseguido imponerse por cinco escaños de diferencia a su rival por la jefatura de gobierno, Isaac Herzog.

De 65 años y casado en terceras nupcias con Sarah, con la que tiene dos de sus tres hijos, Netanyahu revalida con esta victoria su mandato para seguir durante otros cuatro años al frente del Ejecutivo israelí, cargo que ocupa desde 2009 de forma ininterrumpida y que, antes, ya había desempeñado entre 1996 y 1999.

Anoche, con unos sondeos que le daban un empate técnico con la coalición de centro izquierda Campo Sionista, ya aventuró que esta era «una gran victoria para el Likud, para el campo nacional y para el pueblo de Israel».

Lo hizo después de ver que las agoreras predicciones de 20 escaños de las últimas semanas ascendían en los sondeos a pie de urna a entre 27 y 28, ofreciéndole las mejores posibilidades de gobernar por la profusión de pequeños partidos de derechas y ultraortodoxos.

Pero nadie, ni siquiera él, podía imaginar hace menos de doce horas el dramático cambio de brisa que ha inclinado el escrutinio a su favor, y que hoy deja boquiabierto a ciudadanos de a pie y a comentaristas.

Por su habilidad para superar situaciones políticas adversas, sus seguidores no dudaron en corear anoche el famoso «¡Es un mago, es un mago!», cualidad de la que ya hizo gala cuando revirtió los sondeos que en 1996 daban la victoria al veterano Simón Peres en unas elecciones que se celebraron varios meses después del traumático asesinato de Isaac Rabín por un ultranacionalista judío.

Además, a los comicios de 2015 acudía con el desgaste de seis años de gestión, y con una «política del miedo» en cuyo centro situó el programa nuclear iraní.

«La pregunta en estas elecciones es quién defenderá mejor los intereses de seguridad de Israel», repitieron como loros los dirigentes del conservador Likud durante la campaña, a la vez que advertían que dejarla en manos de Herzog y su compañera de cartel, Tzipi Livni, sería una «irresponsabilidad».

Anuncio de una coalicion fuerte y estable

En su comparecencia tras el cierre de las urnas, el dirigente conservador dijo en su discurso que son «grandes» los retos que afronta Israel en el campo diplomático y la seguridad, y que armará una coalición «fuerte y estable» para lidiar con ellos.

El más inminente en su política es el acuerdo en materia nuclear que el Grupo 5+1 negocia con Irán, que en un reciente discurso ante el Congreso de EEUU consideró «malo» y «peligroso» porque dejará a ese país del Golfo Pérsico al límite de la bomba nuclear.