La derecha israelí saca pulso en el feudo de la izquierda en busca de votos para Netanyahu

Laura Fernández Palomo TEL AVIV / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

BAZ RATNER | REUTERS

El primer ministro intentó su baño de masas, pero no consiguió igualar la masiva manifestación que hace una semana pedía su dimisión

16 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«No voy a votar a Netanyahu, pero hay que estar aquí para apoyar el bloque, y él es el único que puede liderar un Gobierno de derechas». Ido condujo hora y media de coche para estar anoche en la emblemática plaza de Isaac Rabin, en Tel Aviv, feudo de la izquierda. Otros desde localidades remotas utilizaron decenas de autobuses que se alineaban en las calles colindantes. Benjamín Netanyahu intentó su baño de masas, pero no consiguió igualar la masiva manifestación que hace una semana pedía su dimisión.

Bibi gasta los últimos cartuchos antes de la cita electoral de mañana para remontar su previsible derrota ante Isaac Herzog, del centroizquierda Campo Sionista. Además de la pretendida demostración de fuerza, ha intentado camelar a Moshé Kahlon, un tránsfuga del Likud que fundó su partido de centroderecha Kulanu, al ofrecerle la cartera de Finanzas para asegurarse su apoyo en un futuro Gobierno de coalición.

Él elegido no es gratuito. Para Herzog también es «un socio importante» en la búsqueda de apoyo de los partidos centristas para formar el futuro Ejecutivo. Kahlon no se pilla los dedos y ha preferido no confesar sus intenciones aunque reconoció que esperaba la propuesta.

Herzog también contraatacó ofreciendo una cartera a los árabes, aunque asegura que probablemente no quieran sumarse en un eventual Gobierno de coalición. Su electorado comprometería su posición ante una posible ofensiva sobre Gaza, que nunca quedan fuera de las actuaciones de un Gobierno israelí.

Si como apuntan las encuestas, las dos principales candidaturas quedan igualadas, tampoco habrá Gobierno nacional, según descartó Netanyahu: «De entrada, un gabinete así no podría funcionar porque las diferencias son profundas». Para Ido es evidente ya que los dos bloques son irreconciliables en la relación que quieren establecer con los palestinos. En temas domésticos reconoce que el Gobierno de Netanyahu ha «cometido errores». «Pero por lo que ya no vamos a apostar es por un acuerdo de paz en el que ninguno cree y mucho menos en la negociación con los terroristas», apostilla Ido antes de entrar en la aglomeración de banderas y nacionalistas donde el exministro Uri Ariel acusaba a Europa y EE.UU. de estar interfiriendo en los comicios de Israel.