Siria se apaga

P. V. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Unas imágenes nocturnas de satélite del país muestran cómo en los últimos cuatro años de conflicto más del 83 % de las ciudades y los pueblos se han quedado sin luz

12 mar 2015 . Actualizado a las 21:05 h.

La oscuridad se cierne sobre Siria, literalmente. Un análisis de las fotografías nocturnas tomadas desde satélite en los últimos cuatro años se ha convertido en un poderoso símbolo de cómo las guerras han devastado a todo el país. Una evolución que ha hecho a la organización #withSyria, una gran coalición de organizaciones humanitarias y por los derechos humanos, iniciar una campaña global para que los líderes mundiales «devuelvan la luz a Siria» y que han organizado una plataforma para firmar una petición con este objetivo.

Según el organismo, en los últimos cuatro años de conflicto más del 83 % de las luces de las ciudades y los pueblos sirios se han ido apagando, después de que millones de personas hayan tenido que huir de sus hogares a países fronterizos o a otros lugares dentro del país en guerra para poder obtener agua, alimentos o el refugio que necesitan para sobrevivir.

En las imágenes tomadas a más de 800 kilómetros de la Tierra por la universidad china de Wuhan, que pronto corrieron como la pólvora entre las publicaciones internacionales, se puede ver cómo la devastación ha afectado a toda la geografía demográfica del país en el que, en el 2012, vivían más de 20 millones de personas.

Siria es ahora un país completamente dividido. Por una parte, la división entre las fuerzas pro-gubernamentales de Bachar al-Asad, que controlan la zona costera y las áreas próximas a Líbano, y los grupos rebeldes armados y entrenados por los Estados Unidos, concentrados en la región próxima a Aleppo y fronteriza con Turquía y en la zona sur lindante con Jordania. Por otra parte, el Estado Islámico de Iraq y el Levante, que controla trasversalmente el curso del río Éufrates, desde la frontera con Iraq hasta un área cercana a Aleppo, con las ciudades de Raqqa y Deir al-Zour incluidas. Y, por último, las fuerzas kurdas, presentes sobre todo en la zona noreste del país y una zona del noroeste fronteriza con Turquía.

Aleppo ha sido una de las zonas más afectadas del país, con más del 97 % de las luces apagadas en los últimos tiempos. Foco activo de batallas durante al menos 3 años, la ciudad del noroeste de Siria daba cobijo al principio de la crisis a más de dos millones de personas, pero la migración de la población, los cortes de energía y la destrucción de las infraestructuras han propiciado el declive del enclave, según manifiesta Xi Li, uno de los autores del estudio.

Incluso el centro de la capital, Damasco, que sigue bajo el control del Gobierno, ha reducido la intensidad de su iluminación en un 35 %, pero las áreas colindantes han sufrido más, con un 65 % inferior.

Mayor ha sido el cambio en toda el área donde se encuentran las ciudades de Raqqa y Deir al-Zour, y que va desde Damasco hasta la frontera con Iraq siguiendo el curso del río Éufrates. Un área totalmente controlada por el Estado Islámico y que, si bien antes de la crisis nos permitía seguir con la mirada el curso del histórico río, ahora solo muestra pequeños y aislados focos de luz, sobre todo a partir de la campaña aérea que la coalición empezó en agosto del año pasado contra el Estado Islámico de Iraq y del Levante.

Tan solo la franja costera entre Turquía y Líbano, todavía controlada también por las fuerzas pro-gubernamentales, se ha salvado un poco de la devastación, según se infiere del análisis de las imágenes nocturnas.