Edy Ray Routh: «Los maté porque no hablaban conmigo»

Victoria Toro NUEVA YORK

INTERNACIONAL

Taya Kyle, esposa del soldado asesinado, durante su testimonio ante el jurado
Taya Kyle, esposa del soldado asesinado, durante su testimonio ante el jurado POOL | Reuters

Estos días se celebra el juicio al acusado de matar al francotirador que inspiró la película de Eastwood

16 feb 2015 . Actualizado a las 07:18 h.

«Los maté porque no hablaban conmigo». Esta es la única explicación que ha dado, hasta el momento, Eddy Ray Routh sobre por qué asesinó a Chris Kyle y Chad Littlefield el 2 de febrero del 2013. Si los protagonistas hubieran sido otros, estaríamos hablando del juicio a un pobre diablo que se volvió loco por el estrés postraumático a su regreso de la guerra de Irak. Pero este no es el caso. El que uno de los muertos fuera Chris Kyle, unido al oportuno estreno de la película sobre su vida, ha convertido el juicio en un espectáculo. Un espectáculo en el que se confunden realidad y ficción.

Chris Kyle era el francotirador más letal de la historia del Ejército de EE.UU. Él mismo contó su paso por los Navy Seal, la principal fuerza de operaciones especiales de la Armada estadounidense, en el bestseller American Sniper. Esa autobiografía fue llevada por Clint Eastwood al cine en la película El francotirador que en España se estrena el 20 de febrero y en Estados Unidos puede verse desde el pasado diciembre.

Kyle, La Leyenda, como le llamaban sus compañeros de armas, o El Demonio, como le conocían sus enemigos, se convirtió en francotirador de los Seal en 1999. En los cuatro períodos que pasó en Irak durante la guerra mató a 255 personas, aunque el Pentágono solo le reconoce 160. Pero aun así, la cifra del Pentágono lo convierte en el francotirador más mortífero de la historia del Ejército estadounidense. En el 2009, Kyle dejó el Ejército, volvió a Texas y montó una empresa de seguridad. Además asesoraba a otros veteranos con problemas. En el momento de su muerte tenía 38 años de edad.

Eddy Ray Routh, su asesino, también había sido militar y dejó el Ejército en el 2010. Su cometido como soldado fue el de mecánico de armamento ligero y nunca entró en combate, aunque también sirvió, como Kyle, en Irak. Pero desde el 2010 su vida pasó en un entrar y salir de instituciones psiquiátricas. Se le diagnosticó esquizofrenia, psicosis y estrés postraumático. En el 2013, vivía con su madre en Texas. La madre de Routh conocía a la mujer de Kyle y le preguntó a ella que si su famoso marido podría ayudar a su hijo. De veterano a veterano.

Como se ha sabido estos días en el juicio, esa fue la razón de que el 3 de febrero del 2013 Chris Kyle que iba con su amigo Chad Littlefield a practicar a un campo de tiro quedara con Routh para llevarlo con ellos. Hicieron el viaje en el coche de Kyle con Routh sentado en el asiento trasero. Lo que ocurrió cuando llegaron al campo de tiro se desconoce. Del viaje solo se sabe lo que meses después de ser detenido contó Routh: «No hablaron conmigo». Unas horas más tarde los cadáveres de Kyle y Littlefield fueron hallados en el mismo campo de tiro. Kyle tenía seis disparos, Littlefield, siete.

Más o menos al mismo tiempo, Routh había llegado a su casa conduciendo el coche de Kyle. «Estoy conduciendo el coche de un muerto», dijo a su familia. Su hermana llamó a la policía y dijo: «Dice que ha matado a dos hombres. Estaban en un campo de tiro. Pero puede que todo sea una locura, como él. Es un jodido psicótico». Los fiscales pedirán para Routh cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Los abogados que lo defienden, que sea declarado inocente a causa de su enfermedad mental. En cualquiera de los casos, culpable o inocente por enfermedad mental, el acusado pasará el resto de su vida encerrado. En una prisión o en un hospital psiquiátrico.