Los golpes de Estado de Maduro

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EFE

Por séptima vez desde su llegada al poder en el 2013, denunció una asonada en su contra, esta vez a manos de militares

14 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Como lo hizo en abril del 2013, poco después de haber sido elegido por escaso margen presidente; también en septiembre del mismo año, en marzo, mayo, diciembre del 2014 y hace apenas una semana, Nicolás Maduro denunció por séptima vez un intento de golpe de Estado en su contra.

En medio de la represión de las marchas por el primer aniversario de las revueltas opositoras, el presidente de Venezuela denunció la noche del miércoles que once militares de la Fuerza Aérea estaban detenidos por, supuestamente, intentar derrocarle. Según Maduro, los militares planeaban robar un avión Tucano (uno de los más antiguos de la Fuerza Aérea) «para atacar el palacio de Miraflores, o donde yo me encontrara».

El supuesto nombre de la operación era Jericó y contaba, según su versión, con el beneplácito y el financiamiento de EE.UU. La señal para dar el golpe, dijo, «era la publicación en un medio nacional de un supuesto plan de transición». Un día antes, los líderes opositores Leopoldo López [preso en una cárcel militar], María Corina Machado [destituida de su cargo de diputada, en un proceso viciado por Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional], y Antonio Ledezma [alcalde de Caracas] habían anunciado una «agenda para la transición», señalando que el Gobierno, que afronta una grave crisis económica, social y política, está prácticamente caído.

Cabello, por su parte, acusó a Julio Borges, secretario general del partido centrista Primero Justicia, e indicó que «patriotas cooperantes» (una figura que permite la delación anónima) habían incriminado a varios líderes de la oposición en el supuesto golpe.

Casi semanalmente, Maduro señala que quieren derrocarlo, pero en esta oportunidad lo hizo en un tono más solemne y con respaldos mediáticos: el dirigente de Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper; el alto mando militar de su Gobierno, así como el defensor del Pueblo, Tarek William Saab. Todos le mostraron su solidaridad y dieron el intento de golpe como un hecho.

Para la coalición opositora, Mesa de la Unidad Democrática, no es casual que la denuncia coincidiera con la nueva tasa de cambio de divisas que representa para los venezolanos una fuerte devaluación de sus ingresos. Su secretario general, Jesús Torrealba, dijo que el golpe «era al bolsillo y al estómago de los venezolanos». Y se preguntó: «¿quién va a querer tumbar a un Gobierno que se está cayendo solo?»