El FBI detiene al presidente de la Asamblea de Nueva York por recibir millones en sobornos

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El fiscal lo acusa de recibir pagos de dos bufetes de abogados

23 ene 2015 . Actualizado a las 07:12 h.

A las ocho de la mañana de ayer un terremoto sacudió a la clase política de Nueva York y en buena parte a la de EE.UU. Sheldon Silver el todopoderoso presidente de la Asamblea del estado de Nueva York acababa de ser detenido por el FBI. La acusación: haber recibido millones de dólares en sobornos.

La fiscalía federal acusa al veterano político demócrata de recibir más de seis millones de dólares desde el 2002 de dos despachos de abogados neoyorquinos. Uno de ellos es el bufete Weitz y Luxenberg, dedicado a la defensa de personas que han sufrido lesiones, y el otro es Goldberg e Iryami, un despacho especializado en conseguir exenciones fiscales para bienes inmuebles.

Sheldon Silver, de 70 años, lleva desde 1994 al frente del Legislativo con sede en Albany, capital del estado. Reelecto por una gran mayoría el pasado día 7, es uno de los demócratas más poderosos del estado y aliado del alcalde neoyorquino, Bill de Blasio.

Como todos los legisladores, Silver puede realizar trabajos privados para completar su sueldo de 121.000 dólares anuales como presidente de la Asamblea. En su declaración de la renta del 2014 está reflejada su relación profesional con Weitz y Luxenberg, del que recibió 650.000 dólares. Un dinero que, según el fiscal federal, no está justificado por ningún trabajo que Silver hubiera hecho para ese bufete.

El otro despacho implicado, Goldberg e Iryami, del que habría recibido más de cuatro millones de dólares en los últimos diez años, ni siquiera está citado por el político en el preceptivo informe sobre sus ingresos privados que los legisladores deben entregar al Legislativo estatal.

El escrito del fiscal especifica que Silver no tiene ninguna experiencia profesional en los asuntos que llevan esos bufetes por lo que la investigación ha llegado a la conclusión de que «utilizó el poder y la influencia de su cargo para obtener millones de dólares en sobornos enmascarados como ingresos privados».