El discurso de Obama en el Congreso consagra el foso con los republicanos

Victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

«Todo lo que ofrece el presidente son más impuestos, más Gobierno y más de lo mismo que ya ha fracasado con las familias de clase media», dijo el líder republicano de la Cámara de Representantes

22 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Todo lo que ofrece el presidente son más impuestos, más Gobierno y más de lo mismo que ya ha fracasado con las familias de clase media», dijo el líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, tras el desafiante discurso sobre el estado de la Unión que hizo Obama la noche del martes.

Las respuestas de los conservadores han ido todas en esa línea, aunque algunos han intentado desmarcarse un poco como Paul Ryan, que seguramente será uno de los candidatos a las presidenciales del año próximo. Ryan se mantuvo dentro de la ortodoxia de su partido al reclamar una bajada general de impuestos aunque se salió de ella al pedir que disminuya el presupuesto de Defensa. Pero en general, los conservadores criticaron duramente el discurso de Obama.

Sus palabras fueron bastante triunfalistas. Liberado de presión electoral y sin la cortapisa de la reelección, el presidente exhibió optimismo y ambición. Anunció el fin de la crisis económica y de las guerras y dio la bienvenida a una nueva era de esperanza. No mostró ningún interés en tender puentes hacia los republicanos. Al contrario, volvió a repetir que vetará todo aquello que se salga de su programa. Lógicamente, también este aspecto fue criticado por sus adversarios: «La legislatura comenzó hace dos semanas y media y el presidente ha amenazado ya siete veces con el veto», dijo Kevin McCarthy.

Igualmente recibió críticas por otros dos asuntos: el restablecimiento de las relaciones con Cuba y la amenaza de veto a nuevas sanciones contra Irán mientras duren las negociaciones para el desmantelamiento de su programa nuclear. Esta última cuestión abrió una agria disputa entre la Casa Blanca y los republicanos, ya que estos invitaron a hablar en el Congreso al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, con la intención de refutar al presidente, una invitación considerada por el Gobierno como violación del protocolo.

Sobre los otros aspectos que trató en el discurso Obama no hubo comentarios: ni sobre la reiteración de la necesidad de cerrar Guantánamo ni sobre el programa para hacer gratuitos los dos primeros años de Universidad. Lo más criticado, como ya esperaba Obama, fue su intención de promover un  aumento de impuestos para el 1% más rico.

Para explicar todas esas propuestas, Obama inició ayer una serie de viajes que han comenzado en el corazón del área más conservadora del país: Idaho y Kansas. Su propósito es explicar la mejora económica y de alguna forma empezar a allanar el camino para su sucesor.

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