Pegida polariza a Alemania, con Dresde como bastión de la islamofobia

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ARNO BURGI | Efe

Unos 100.000 alemanes salen a la calle contra el movimiento xenófobo

12 ene 2015 . Actualizado a las 22:47 h.

El movimiento islamófobo «Pegida» desplegó este lunes en la ciudad alemana de Dresde una provocadora marcha de luto por el atentado contra Charlie Hebdo, mientras en el resto de Alemania decenas de miles de manifestantes clamaban contra la instrumentalización de las víctimas del yihadismo.

Por duodécima semana, siempre en lunes, las calles de la capital del «Land» de Sajonia fueron ocupadas por los llamados «Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente» (Pegida), entre centenares de carteles xenófobos, salpicados esta vez con alguna que otra alusión a los dibujantes muertos el pasado día 7, en París. Estimaciones policiales estimaban el número de asistentes en 25.000, otro nuevo récord, tras los 18.000 del lunes anterior .Paralelamente, en otra ciudad sajona, la vecina Leipzig, unos 30.000 ciudadanos clamaban contra Pegida, lo mismo que hacían en Múnich otros 20.000 manifestantes y 10.000 más en Hannover. En total, unos 100.000, en distintas ciudades de toda Alemania.

Pegida había convocada marchas «disfrazadas» como de luto en varias ciudades, pero solo en Dresde, la ciudad donde tomó forma el movimiento, la respuesta fue de nuevo multitudinaria. La plaza de la capital sajona se llenó de centenares de banderas alemanas, carteles tachando de «mentirosos» a los medios que, según ellos, los difaman, y de «vendido» al gobierno de Angela Merkel.«No somos fanáticos, somos ciudadanos de bien», clamaba desde la tribuna de oradores Kathrin Oerthel, una de las cabecillas de Pegida, mientras sus seguidores apremiaban a no permitir más extranjeros en el país o a expulsar a los «criminales musulmanes».

«Detengamos la sociedad multicultural», «Alemania debe seguir siendo alemana», «Combatamos la extranjerización del país, ahora», se leía en algunos de sus carteles. «Sí, tomen note y escriban: hablamos como Joseph Goebbels», soltaba, en tono despectivo, Helmut Kühlbach, sobre los 60 años, en dirección a los periodistas que sacaban fotos a esos letreros y aludiendo al que fue ministro de la Propaganda de Adolf Hitler. «Necesitabais un atentado para despertar. Ahí lo tenéis», apuntaba, a su lado, su hija Hertha, de 25 años, mostrando un lápiz como en las manifestaciones tras los ataques terroristas de París.