Alemania cifra en 260 los radicales que suponen un riesgo para su seguridad

ÚRSULA MORENO BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Un diario de Hamburgo que publicó las viñetas, atacado con una bomba casera

12 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las muestras de solidaridad marcaron el día de ayer. La canciller Angela Merkel lo hacía en París, pero también Berlín se sumaba con manifestaciones bolígrafo en alto frente a la embajada francesa. Al mismo tiempo, las autoridades hacían gala de máxima cautela. El diario regional Hamburger Morgenpost era objeto de un ataque en la madrugada del domingo. Un artefacto casero incendió los archivos del diario, pero las llamas fueron rápidamente sofocadas y no hubo heridos. Al no haber sido reivindicado el ataque y a pesar de que el diario fue uno de tantos en Alemania que publicó el día siguiente del atentado las viñetas de Mahoma que habían ocupado las portadas de Charlie Hebdo, la policía no descarta ninguna vía de investigación. El ministro del Interior, Thomas de Maizière, se aprestaba a recordar ayer en París que «la experiencia» de Francia demuestra que no hay que precipitarse en sacar conclusiones.

No obstante, es inevitable establecer vínculos. Delante del domicilio de esta corresponsal de La Voz en Berlín hay un furgón policial 24 horas al día desde el pasado miércoles, y es que en la misma calle están las oficinas de Titanic, la revista satírica mensual por excelencia en Alemania, que al igual que Charlie Hebdo no duda en mofarse de política y religión por igual.

El mismo ministro que pedía cautela, también llamaba ayer a «estar atentos» ante los «procesos de radicalización» que vivimos en Alemania, explicó al dominical Bild am Sonntag. De Maizière apeló a estar atentos «a familiares, vecinos, compañeros de deporte u otros creyentes de la mezquita». Y es que en Alemania hay «cerca de 260 personas» que suponen un riesgo para la seguridad interna de Alemania, según el ministro.

El Gobierno de Angela Merkel al completo apela a mantener la tranquilidad y no colocar a todos los musulmanes bajo sospecha generalizada. El riesgo es menor que en Francia porque aquí son algo más de medio millar los combatientes con pasaporte alemán que se han sumado a las filas de Estado Islámico (EI) en Siria o Irak y no 1.400 como en la vecina Francia.

Pero prevenir es mejor que curar y ayer volvía a producirse una detención, la de un joven de nacionalidad alemana retornado de Siria, presunto miembro de Estado Islámico. Aunque no parece estar relacionado con lo sucedido en París, las autoridades alemanas temen que algún radical aproveche la tesitura para protagonizar una masacre similar. Hans-Georg Maassen, responsable de la Oficina de Protección de la Constitución, explicaba ayer a tenor de los probables fallos de seguridad en Francia, que nadie está libre de fanáticos. «También en Alemania conocemos a muchas personas que son salafistas, pero no podemos colocar 24 horas al día un agente detrás de cada uno de ellos».

El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, instaba al movimiento islamófobo Pegida a renunciar a la manifestación de hoy en Dresde, al estimar que no tienen derecho a «explotar» los atentados en Francia.

Temen que algún radical aproveche la ocasión para lanzar un ataque como el de París