Alemania teme que el atentado dé alas a la islamofobia

Úrsula Moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Concentración en la ciudad de Stuttgart para honrar a los asesinados en «Charlie Hebdo».
Concentración en la ciudad de Stuttgart para honrar a los asesinados en «Charlie Hebdo». I. KJER < / span>AFP< / span>

Más de la mitad de los germanos considera el islam una amenaza

09 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha sido Francia, pero podía haber sido Alemania. Aunque en Berlín se esfuerzan por tranquilizar los ánimos, todos los expertos coinciden en que Alemania, junto con Francia, el Reino Unido y Australia, están entre los principales objetivos de Estado Islámico (EI) y Al Qaida. El ministro del Interior, Thomas de Maizière, reiteraba ayer que no se puede comparar la situación entre ambos países, ya que en Alemania «carecemos de indicios concretos de atentados similares».

No obstante, la situación es grave, y hay razones para preocuparse y para prevenir, añadió. Si en Francia hay más de un millar de ciudadanos con pasaporte galo enrolados en las filas de EI, Alemania cuenta con más de 500 y los retornados, radicalizados y con instrucción militar, constituyen una amenaza. La situación es además comparable con la francesa si nos atenemos al creciente grado de polarización social y de hostilidad hacia el islam que viven ambos países.

Más de la mitad de los alemanes, concretamente un 57 % de los no musulmanes que viven en este país, ven en el islam una amenaza, según un estudio que hacía público ayer la Fundación Bertelsmann. Aunque la divulgación del mismo pueda no ser casual, lo cierto es que este sondeo se realizó en noviembre, cuando comenzaba a vislumbrarse el alcance de la barbarie de Estado Islámico. En el 2012 la cifra ya era elevada, pero no tanto: un 53 % veían la práctica del islam como un peligro.

En medio de una seria preocupación por un brote islamófobo, con marchas todos los lunes en Dresde que convoca un movimiento autodenominado Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), este sondeo revela la distorsión entre como se sienten los cuatro millones de musulmanes que viven en este país y como son percibidos.

El estudio deja claro que los musulmanes que aquí viven se sienten comprometidos con el Estado y los valores de Alemania. Un 90 % de los musulmanes más creyentes creen que la democracia es una buena forma de gobierno, el 60 % de todos los musulmanes apoya el matrimonio homosexual, cifras que contrastan con el sentir de los no musulmanes. El 61 % cree que el islam sencillamente no encaja en el mundo occidental (en el 2012 era un 52 %). Y uno de cada cuatro ciudadanos que viven en Alemania prohibiría de plano el ingreso de musulmanes al país.

El temor al islam es incluso mayor en aquellos lugares donde apenas residen musulmanes. En Renania del Norte-Westfalia, con el 33 % de los musulmanes, el 46 % dice sentirse amenazado. Mientras que en Turingia o Sajonia, en el este del país, donde apenas reside un 1 %, casi el 70 % de la población lo concibe como un peligro.

Rédito para Pegida

Cifras que se ajustan perfectamente a los hechos que vivimos en estos días. ¿Cómo se explica si no es por el miedo a atentados o a las imágenes que llegan de Siria o Irak que en Dresde, donde no viven musulmanes, haya nacido Pegida? El movimiento islamófobo invitaba ayer vía Facebook a sus seguidores a que acudan a la manifestación del próximo lunes con crespones negros en señal de luto por las víctimas de París. «No nos vamos a aprovechar de lo que ya sabíamos», dice Pegida en su web. Tanto el partido euroescéptico Alternativa para Alemania (AfD), como Pegida, con el que coquetea estos días, ven en París una confirmación de sus reivindicaciones: menos islam y menos inmigración, esa es la medicina que necesitaría Alemania.