Un gran jurado de Nueva York decidirá sobre otro policía que mató a un negro desarmado

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Un hombre durante las protestas en Washington.
Un hombre durante las protestas en Washington. M. ANTONOV < / span>Afp< / span>

La decisión llega mientras ciudadanos de miles de pueblos y ciudades norteamericanos emprendían su tercera noche de protestas

07 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El fiscal del distrito de Brooklyn, donde ocurrieron los hechos el pasado 20 de noviembre, ha anunciado que en los próximos días convocará a un gran jurado para que decida sobre el procesamiento de otro agente de policía más. Aquel día un agente de policía novato y su compañero se encontraban en la escalera, mal iluminada, de un edificio de Brooklyn. Según el relato de la policía, al intentar abrir una puerta con la pistola en la mano esta se le disparó al agente Peter Liang. La bala impactó contra Akai Gurley, de 29 años y vecino del edificio, que subía por la escalera junto a su mujer y su hija pequeña y que no tenía ninguna relación con los hechos que habían llevado a los policías hasta allí.

Pero la muerte de Gurley ha sucedido en medio de los disturbios provocados por las decisiones de dos jurados de no procesar a otros dos policías que igualmente mataron a hombres negros desarmados: Michael Brown en Misuri y Eric Garner, también en Nueva York.

Además y aunque la muerte de Gurley parece que se debió a un «terrible accidente», como lo describió la policía neoyorquina, algunos hechos relacionados con ella no están tan claros. Un diario local publicó que los dos policías tardaron más de seis minutos en llamar a los servicios de emergencia tras descubrir que la bala había herido a Gurley porque estaban poniéndose en contacto con su sindicato para comunicar lo que había ocurrido. Y además, según la familia del muerto, el jefe de los dos policías les había ordenado que no patrullaran en el interior del edificio.

La decisión de convocar un nuevo gran jurado también en este caso ha llegado mientras ciudadanos de miles de pueblos y ciudades norteamericanos emprendían su tercera noche de protestas tras la decisión de no procesar al agente que mató a Garner en julio. Decenas de miles de personas volvieron a las calles, y aunque la mayoría de ellas se comportaron de forma pacífica, en casi todas las ciudades cortaron calles y autopistas lo que provocó el caos automovilístico en muchas de ellas. En Nueva York, donde unas veinte personas fueron detenidas, las protestas se extendieron a la zona comercial de la Quinta Avenida y a Wall Street.