Cuba insiste en que solo entregará a Gross a EE.UU. a cambio de sus tres espías

Redacción / La Voz

INTERNACIONAL

La Casa Blanca no solo se niega, sino que además señala al retenido como el principal impedimento para mantener «relaciones más constructivas» con la isla

04 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno cubano está dispuesto a atender a razones humanitarias y liberar al contratista estadounidense Alan Gross, que lleva cinco años preso en la isla. Eso sí, a cambio de los tres espías del grupo de cinco que siguen presos en EE. UU. desde septiembre de 1998. La Casa Blanca no solo se niega a cualquier intercambio, sino que además señala a Gross como el principal impedimento para mantener «relaciones más constructivas» con la isla, aunque, eso sí, de puertas adentro sigue trabajando para que sea liberado. En medio de la lucha de poderes, un hombre de 65 años desmoralizado que amenaza con suicidarse y una esposa, Judy, que exige a Barack Obama que le devuelva a su marido.

Gross es un subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) que fue detenido en Cuba en el 2009, acusado de intentar instalar para una reducida comunidad judía tecnología para un acceso más amplio y libre a Internet. Catorce meses después fue condenado a 15 años de prisión por «acciones contra la integridad territorial del Estado».

El Gobierno de Raúl Castro quiere que, a cambio de devolver a Gross, Washington perdone a los tres agentes que siguen detenidos desde que en 1998 el FBI desmanteló en el sur de Florida la red de espionaje Avispa. Los otros dos espías que alegaron vigilar a «grupos terroristas de exiliados» que conspiraban contra Castro, en aquel tiempo Fidel, ya están en libertad tras cumplir sus penas, pero uno de ellos Hernández tiene dos condenas de cadena perpetua.

La mujer de Gross está muy preocupada. Desde julio, su marido no quiere verla ni a ella ni a su hija. Recientemente, Gross se negó a recibir visitas del personal de la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana, en protesta por la inacción del Gobierno. Judy demandó en el 2010 a la Casa Blanca por no alertar a Gross de los peligros que corría en Cuba, pero la querella fue desestimada este año. Ahora teme que, si el Gobierno no lo trae de vuelta antes de que en mayo cumpla 66 años, sea demasiado tarde.