Nienke Palstra: «Hay muchos casos en el sur, pero el resto no están limpios»

Cristina Porteiro
C. Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

30 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Nienke Palstra es experta en la lucha contra el blanqueo de capitales. Trabaja para Transparencia Internacional en su sede de Bruselas. Nos recibe en su oficina, ubicada a escasos metros del Parlamento Europeo: «Nuestro gran aliado», asegura. «Son los Gobiernos nacionales los que más obstáculos están poniendo en la lucha contra la corrupción».

-¿Cree que en la UE hay países más flexibles que otros con la corrupción?

-Detectamos Estados en los que sí hemos visto más problemas e incluso deterioros. Ejemplos clásicos son Italia, Grecia, Rumanía y Bulgaria. Otros como Suecia o el resto de los nórdicos están mejor situados. Siguen existiendo serios problemas de corrupción en la Unión Europea, pero hay diferencias dentro de ella.

-¿Está en el ADN de algunas sociedades?

-Desde mi perspectiva, la corrupción no es una cuestión cultural. Es cierto que hay muchos casos en los países del sur de la UE, pero eso no significa que el resto de Europa esté limpia. El soborno es más fácil de medir. Otras formas son más difíciles porque operan en el sistema financiero. Hablo de los grandes centros financieros, como Londres.

-¿Son esos centros los grandes benefactores de la corrupción?

-Es más complejo, pero el escándalo Luxleaks muestra claramente que tenemos un problema generalizado con el sistema financiero, donde hay demasiados secretos y opacidad. Eso es siempre un caldo de cultivo para la corrupción pero también para la evasión fiscal y actividades deshonestas.

-Al hilo de Luxleaks. Juncker ha propuesto medidas para mejorar la transparencia. ¿Son creíbles?

-Creo que se está tomando este problema muy en serio y está apoyando medidas de transparencia que fueron imposibles con Barroso, como hacer públicas las reuniones de los comisarios con los lobbies. Espero que vaya en la misma dirección para atajar el blanqueo de dinero y la evasión fiscal. No debemos subestimar la capacidad de la UE para poner en marcha estándares globales de transparencia.

-¿Existe voluntad política por parte de los Gobiernos nacionales para colaborar?

-Ese es el principal problema. Tenemos un cuadro muy dispar en el Consejo. Existe un grupo de países como Reino Unido, Francia, Italia, Austria y Dinamarca que buscan medidas ambiciosas, como la de crear registros públicos de los propietarios últimos de sociedades y activos. Pero hay países que se han opuesto como Alemania, Suecia en un principio, y algunos de los pequeños del Este.

-¿Hay interés en que la Justicia no funcione de forma eficaz?

-Eso es lo que se percibe. Los ciudadanos apuntan a los partidos como la institución  más corrupta y justo después, lo que es más fuerte, la judicatura. Es especialmente preocupante porque es uno de los pilares fundamentales de la democracia. Si no funciona tendrá consecuencias en el resto del sistema.

-¿Qué peligros entraña la sensación de impunidad con la corrupción en algunos países?

-El hecho de que los corruptos escapen sin castigo pone en cuestión la integridad de todo el sistema. Se marca un precedente muy peligroso porque la gente cree que el Estado no funciona. La Justicia debe ser más independiente y es difícil porque a menudo sufre interferencias políticas o no cuenta con los recursos suficientes.