Costa limpia de socráticos el Partido Socialista

begoña íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El alcalde de Lisboa, en un acto político reciente.
El alcalde de Lisboa, en un acto político reciente. Hugo Correia < / span>reuters< / span>

La prisión preventiva e imputación de Sócrates obliga al nuevo secretario general del PS a cambiar en cinco días la hoja de ruta preparada desde hace meses

30 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El XX Congreso Nacional del Partido Socialista (PS) portugués, que comenzó ayer en Lisboa, está teniendo un protagonista en la sombra, José Sócrates, muy presente en todos los discursos y en las conversaciones de militantes, analistas y pesos pesados de la formación. La prisión preventiva e imputación del ex primer ministro ha obligado al nuevo secretario general del PS, el alcalde de Lisboa, Antonio Costa, a cambiar en cinco días la hoja de ruta preparada cuidadosamente, desde hace meses, para ganar las elecciones legislativas de 2015.

Lo que se preveía como un paseo de Costa, para presentar a la opinión pública la estrategia para la década, sus propuestas electorales contra la austeridad del Gobierno de Passos Coelho, se ha convertido en un quebradero de cabeza para el nuevo líder del PS. El alcalde de Lisboa ha modificado por completo su discurso y la composición de su dirección, poniendo caras nuevas no «socráticas» que no formaron parte de la ejecutiva del partido y que no tuvieron cargos públicos de relevancia entre 2004 y 2011, cuando Sócrates fue secretario general.

A los medios lusos no se les escapa, sin embargo, que el propio Costa y el nuevo presidente del partido, Carlos Cesar, han sido hombres de confianza del exjefe del Gobierno. Costa fue ministro de Interior en el primer gobierno de Sócrates, entre 2005 y 2007, y Cesar presidente del Gobierno regional de las Azores, entre 2004 y 2012.

Ayer por la mañana, al llegar a la Feria Internacional de Lisboa, donde tiene lugar el congreso, Costa quiso hacer ver que el PS «ha dado una lección de serenidad y unión tras la imputación del ex primer ministro». Costa, insistió, por cuarta vez esta semana, en «separar la política y el rumbo interno del PS de un caso judicial que cabe a la Justicia resolver». La misma idea fue reiterada por Carlos Cesar.

Con todo, el alcalde de Lisboa reconoció que el encarcelamiento de Sócrates «ha sido un golpe brutal para el que nadie estaba preparado». Costa se vio obligado a hacer un esfuerzo especial para levantar la moral alicaída de sus compañeros, con expresiones como «los socialistas hemos demostrado que somos de una fibra especial. Aguantamos, contra viento y marea lo que nos venga».

No obstante, las caras de preocupación de los pesos pesados del partido fueron una constante en los pasillos del congreso. El exministro de Trabajo, Vieira da Silva, muy próximo a Sócrates, declaraba que «su imputación va a tener graves consecuencias para nosotros. Nos va a costar mucho recuperarnos». En cambio, el histórico socialista, Manuel Alegre, sacó fuerzas de flaqueza y se mostró convencido de que el PS va a superar esta tempestad, «como hemos hecho otras veces en el pasado». «Estamos acostumbrados. Ya hemos pasado por peores momentos», dijo.