El Gobierno luso defiende los visados de oro porque, si no, los dará España

Begoña Íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Passos Coelho charla con el viceprimera ministro Portas, en una sesión en el Parlamento.
Passos Coelho charla con el viceprimera ministro Portas, en una sesión en el Parlamento. H. CORREIA < / span>Reuters< / span>

La oposición evita atacar al viceprimer ministro y se limita hacerle preguntas

21 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno portugués asumió ayer su responsabilidad política en el caso de los visados de oro. Lo dijo en el Parlamento el viceprimer ministro, Paulo Portas, quien manifestó que están disponibles para modificar y aumentar la fiscalización en el sistema de concesión de los permisos de residencia a inversores no comunitarios que quieran instalarse en Portugal. La operación Laberinto, como se denomina a la supuesta red de corrupción, tráfico de influencias y lavado de capitales, en la concesión de visados de oro a ciudadanos no comunitarios, se ha saldado hasta el momento con once detenciones y varias dimisiones de peso en el Ejecutivo de Pedro Passos Coelho.

En una larga comparecencia ante la comisión parlamentaria que investiga el escándalo, Portas se sintió orgulloso «de ser el padre de la idea y de haber ayudado a construir el sistema de los visados de oro cuando era ministro de Asuntos Exteriores». Preguntado sobre si se había planteado dimitir, tras hacerse público el caso, declaró que «en ningún momento lo he pensado. Mi responsabilidad llega hasta lo que acabo de decir». Aunque reconoció que «la concesión de este tipo de visados ha tenido fallos evidentes y debe ser mejorado y perfeccionado», Portas defendió en varias ocasiones las «enormes ventajas que han traído a la economía portuguesa». Y negó que sean una puerta abierta para lavar dinero negro. «En apenas dos años las arcas públicas han ingresado con los visados 1.107 millones de euros y han fomentado un 40 % los negocios inmobiliarios en Portugal, además de crear puestos de trabajo».

Los diputados de la oposición preguntaron en varias ocasiones al número dos del Gobierno si dentro del Ejecutivo sabían lo que estaba fallando. Portas respondió tajantemente que «en Portugal existe la separación de poderes. La fiscalía y la policía judiciaria están llevando la investigación, desde el primer momento, con el máximo sigilo».

El viceprimer ministro portugués no se cansó de insistir en la importancia que tiene para la economía del país la continuidad del sistema. Se defendió diciendo que hay otros 14 países europeos, como España, que también dan visados de oro a inversores extranjeros. «Los visados que no concedamos en Portugal irán directamente a otros países próximos, como España», afirmó.

Al final de la comparecencia, Portas se comprometió, en nombre del Gobierno, a dialogar en diciembre con todos los partidos sobre sus sugerencias para blindar y mejorar el sistema de concesión de visados de oro en Portugal. Durante la comparecencia, la oposición se limitó a realizar preguntas, evitando hacer valoraciones políticas.