La apatía domina la elección del nuevo Congreso de EE. UU.

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La participación puede bajar del 40 % habitual de unos comicios legislativos

05 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Wall Street será el centro del mundo, pero en el pequeño colegio electoral que hay en medio de la calle del bajo Manhattan lo que reina es el aburrimiento. Hace seis años, en el 2008, la cola para votar en este colegio, mayoritariamente a favor de Barack Obama, ocupaba una buena parte de la calle. En estas elecciones de medio término del 2014, el colegio electoral permanece vacío poco después de las once de la mañana.

Solo los miembros de la mesa electoral, los voluntarios que asisten al voto electrónico y los traductores de español, chino y coreano están allí. Cuando entra alguien sus rostros se animan y alientan a la visitante a que se acerque a votar. Pero cuando descubren que solo es una periodista española vuelven a su apatía.

«No lo está haciendo bien»

Es lo habitual en las elecciones de medio término en las que históricamente la participación suele rondar el 40 %. La impresión de estas es que será aún más baja. Por fin entra alguien. El hombre de unos sesenta años explica que prefiere no revelar su voto pero acaba explicando para La Voz que sí, que «Obama no lo está haciendo muy bien pero es porque los republicanos no le dejan gobernar». Así que parece claro que el suyo será un voto demócrata. Lo que no es nada raro en Nueva York, uno de los feudos demócratas irreductibles.

Las cosas son muy diferentes en otras partes de EE.UU. En los estados del sur y del centro se espera un fuerte castigo al presidente demócrata en estas elecciones. Un castigo que muy probablemente dará el control del Senado a los republicanos, con lo que la gobernación se complicará aún más para el inquilino de la Casa Blanca.

Voto electrónico

En el Village neoyorquino las cosas no son demasiado diferentes que en Wall Street, sobre todo dentro de los colegios electorales. Poquísimos votantes y voluntarios aburridos. Susan, una anciana que reside en el barrio desde hace muchos años, no se ha acostumbrado todavía al voto electrónico. Lo de coger la papeleta y escanearla no tiene complicación para ella. Está todo suficientemente explicado en los carteles que empapelan el colegio y si alguien no lo entiende hay voluntarios para asistirle. Lo que le ocurre a Susan, que va a votar al gobernador demócrata Andrew Cuomo, es que el sistema no la convence. Eso de que su voto vaya al ciberespacio, que no haya un papel en una urna, le hace sospechar si llegará a ser contado o no.

La mayoría de los estados, como Nueva York, ya han implantado el voto electrónico. Aunque hay otros que usan otros sistemas, como en el estado de Washington. Allí, todos los votos se emiten por correo y los miembros de las mesas solo tienen que asistir al recuento.