Los laicos se imponen a los islamistas en las elecciones de Túnez

Redacción / La Voz

INTERNACIONAL

Ennahda acepta su derrota y llama a formar un gobierno de unidad nacional

28 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los tunecinos han optado en las elecciones legislativas del domingo por el partido laico Nidá Tunis relegando a los islamistas de Ennahda. En medio de la espera por los resultados oficiales, el partido islamista aceptó ayer la derrota, felicitó a su rival y llamó a «la formación de un gobierno de unidad por el interés del país», en declaraciones de Lotfi Zitun, un alto cargo de la formación, a la agencia Reuters.

Según los resultados extraoficiales, Nidá Tunis, liderado por el veterano político Beyi Caid Esebsi, obtendría 83 escaños de los 217 que componen el Parlamento con el 38,24 % de los votos frente a los 31,35 % conseguido por Ennahda, que le darían 68 escaños, 21 menos que en las elecciones del 2011.

Como tercera fuerza aparece la Unión Patriótica Libre (UPL), una formación populista liderada por Slim Riahi -al que llaman el Berlusconi tunecino, por ser un acaudalado magnate y presidente del mayor equipo de fútbol del país, el Club Africano-, con 17 escaños (7,83 % de los votos). El Frente Popular, del histórico líder comunista Hamma Hammami, ocuparía 12 escaños (5,55%).

La polarización ideológica dominó la campaña electoral, pero islamistas y seculares están condenados a entenderse ya que ninguno obtiene mayoría absoluta. El líder de Ennahda, Rachid Ganuchi, ya había declarado en la noche electoral que «fuera cual fuera el ganador, lo principal es que Túnez necesita un Gobierno de coalición nacional, una política de consenso. Esta política ha salvado al Estado tunecino de lo que están viviendo los demás países de la primavera árabe».

Importante retroceso

El partido islamista era conocedor de su bajada de popularidad, pero no había imaginado tal retroceso. Elegido en la primeras elecciones libres tras la caída del presidente Ben Alí, la formación ha pasado dos años difíciles en el poder, marcados por el fracaso económico, el asesinato de dos líderes izquierdistas y las violentas acciones de salafistas intentando imponer la sharia en uno de los países más laicos del mundo árabe. El domingo, Nidá Tunes se beneficio del malestar generado por la gestión islamista. «Necesitamos gente que haga mover el país», dijo a Le Monde un residente de Rafraf, ciudad costera en donde ganaron los laicos.

El Gobierno español felicitó a Túnez por el desarrollo «en paz y tranquilidad» de las elecciones, «en las que ha quedado patente su apego por la democracia».