Discrepancias entre laboristas y «tories» sobre las competencias de Escocia

rita álvarez LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El principal partido de la oposición considera que el asunto debería ser acordado tras las elecciones generales del 2015

15 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los diputados británicos comenzaron a discutir ayer en Westminster sobre la promesa de devolver poderes a Escocia tras el referendo en el que venció el no a la independencia, haciendo honor así al compromiso que asumieron los partidos británicos de concederle más competencias si permanecía en el Reino Unido. Y nada más abrirse el debate han empezado a verse las discrepancias entre unos y otros.

La advertencia hecha por Cameron de que, en paralelo al aumento de atribuciones al Parlamento de Edimburgo, se restringiría el derecho a voto de los diputados escoceses sobre asuntos relativos a Inglaterra ha abierto una brecha entre conservadores y laboristas, que acusaron ayer al primer ministro de traicionar el concepto de «justicia» para todo el Reino Unido.

En consecuencia con ello, el partido de Miliband ha indicado que no participará en las conversaciones multipartitas sobre el asunto de los «votos ingleses» por considerar que es un asunto delicado que debería ser abordado tras las elecciones generales de 2015 como parte de un amplio debate en materia constitucional.

Expectativas inglesas

Durante el debate de ayer, el exministro de Asuntos Exteriores al que se ha encargado la misión de encontrar un arreglo, William Hague, insistió en que las «expectativas legítimas» de los ingleses también deben ser reconocidas cuando se le den más poderes a Escocia. Por su parte, Cameron consideró «lamentable» la decisión laborista de desvincularse de las conversaciones. «Obviamente no están interesados en lograr un acuerdo justo para todo el Reino Unido, así que tendremos que trabajar duro con otros socios para cumplir las promesas», denunció.

Según analistas británicos citados por Efe una autonomía en los términos de Cameron sería desastrosa para el laborismo, pues excluiría de votaciones importantes a sus cuarenta diputados escoceses, pero favorecería a los «tories», que cuentan en estos momentos con un único diputado escocés.