La Gendarmería toma el control de Iguala ante una sociedad mexicana que pide justicia

La Voz PAULA ESCALADA MEDRANO | EFE

INTERNACIONAL

José Méndez | EFE

El despliegue de tropas es la respuesta que Peña Nieto ha dado a los familiares de los 43 alumnos que desaparecieron de la ciudad el 26 de septiembre

07 oct 2014 . Actualizado a las 19:42 h.

La Gendarmería mexicana asumió el martes el control de la seguridad de Iguala, el municipio de Guerrero agobiado por la violencia y que ha acaparado las primeras planas por la desaparición de 43 estudiantes hace 10 días a manos de policías y criminales. El despliegue de tropas es la respuesta que el presidente Enrique Peña Nieto ha dado este lunes a los familiares de los 43 alumnos que desaparecieron en la ciudad la noche del 26 de septiembre pasado, tras varios ataques que dejaron 6 muertos y 25 heridos, y a una sociedad que reclama justicia.

El mandatario, que la semana pasada había pedido al gobernador del sureño estado de Guerrero, el izquierdista Ángel Aguirre, que asumiera su responsabilidad en la violencia de Iguala, dijo sentirse «indignado» y «consternado por la información divulgada el fin de semana». La fiscalía de Guerrero confirmó el domingo el hallazgo de 28 cuerpos en fosas clandestinas que podrían corresponder a algunos de los jóvenes que desaparecieron después de que policías y miembros del crimen organizado atacaran a tiros a alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa que se habían apoderado de unos autobuses.

Aunque las autoridades esperarán a disponer de los resultados de las pruebas genéticas para determinar la identidad de los 28 cuerpos, algo que podría tardar semanas, tres detenidos por los hechos del 26 de septiembre confesaron haber asesinado a 17 estudiantes en la comunidad donde fueron halladas las fosas. Los indicios de que el grupo criminal Guerreros Unidos participó en los hechos llevaron a la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) a asumir el fin de semana la investigación de los hechos violentos y de la desaparición de los 43 estudiantes. «El Estado mexicano, me dijo el presidente, no puede darse el lujo de ignorar una situación de esta naturaleza», señaló en rueda de prensa el titular de la PGR, Jesús Murillo.

El Gobierno federal también dio un vuelco a su postura tras los reclamos de los familiares de los desaparecidos de una «investigación seria» de los hechos y la aparición con vida de los jóvenes, a los que se han sumado numerosas organismos nacionales e internacionales. Peña Nieto «nos los tiene que entregar con vida», dijo Manuel, tío de uno de los desaparecidos, desde la Normal de Ayotzinapa (escuela dedicada a la formación de maestros de primaria), donde se han instalado los familiares a la espera de noticias. «No es que nos haga un favor, es su obligación buscarlos y entregarnos a nuestros hijos con vida», afirmó otra familiar de uno de los estudiantes, después de que el mandatario anunciara una «profunda investigación» de la violencia registrada en Iguala. «Nuestros hijos no hicieron nada indebido para que nos hicieran esto», añadió la mujer, convencida de que el Gobierno ha querido exterminar la escuela porque «no le conviene tener un pueblo preparado».

Peña Nieto calificó esos actos de «indignantes, dolorosos e inaceptables» y dio la razón a los familiares de los jóvenes desaparecidos que demandan el «esclarecimiento de los hechos y que se haga justicia», por lo que ordenó a su gabinete de seguridad tomar medidas al respecto. Entre ellas, el despliegue en Iguala de miembros de la Gendarmería, una nueva división de la Policía Federal, para que realicen labores de seguridad con el «acompañamiento» del Ejercito en condiciones especiales. Además de la llegada de las fuerzas a las calles de la ciudad, constatada por la agencia Efe, policías municipales fueron desarmados para ser enviados a un centro de adiestramiento militar en el central estado de Tlaxcala para su evaluación. La PGR realizará estudios de balística para establecer si armas oficiales han sido utilizadas en la comisión de delitos.

Además, dicha institución envió un nuevo equipo de peritos, criminalistas, fotógrafos e investigadores para reforzar al que ya trabaja desde hace varios días en el estado de Guerrero. «No vamos a permitir que ningún grupo se imponga sobre la sociedad», afirmó Murillo, quien prometió una investigación «seria» de lo sucedido el 26 de septiembre pasado y castigo a los responsables.

Treinta detenidos, de los cuales 22 son polícias

Por estos ataques hay más de 30 detenidos, de los cuales 22 son policías municipales presuntamente vinculados con el grupo criminal Guerreros Unidos. Interrogado sobre una posible conexión entre los 28 cuerpos encontrados este fin de semana en fosas clandestinas en Iguala y las desapariciones, aseguró que no está en condiciones de declarar «nada que sea firme y serio». Los familiares de los desaparecidos se resisten a creer que puedan corresponder a algunos de los alumnos que desaparecieron y piden que sigan las labores de búsqueda. Tampoco dan credibilidad al testimonio de los detenidos que confesaron haber perpetrado los 17 asesinatos mencionados.

El padre de un joven de 19 años señaló que el único delito de su hijo es que estuviera estudiando en la Normal de Ayotzinapa y pidió compasión a los sicarios que, dice, tienen a los 43 jóvenes en su poder. La escuela de Ayotzinapa es famosa porque sus estudiantes son muy combativos y por sus aulas pasaron personajes como Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, quienes encabezaron en las décadas de 1960 y 1970 sendos grupos guerrilleros.